.../viene
Algunas personas logran popularizar su apodo y con el tiempo, por dejar de escucharlo
no responden a su nombre, sólo reaccionan al alias. Para ilustrarlo, contaré
una vivencia al respecto:
“Allá
por 1970, entre el personal de topografía había un asistente llamado José Gerardo
Morera y apodado zacatera. Un lunes temprano (ya listos para irse dé gira), lo miré al frente mío y lo llamé; José
Gerardo y nada, José Gerardo y tampoco, insistí con Morera y menos, entonces
dije zacatera y al instante respondió. Sí señor ¿me llamó?, claro, lo llamé por
nombre, por el apellido y nada, me obligó a decirle el apodo.
Sí, respondió, ya me acostumbre al zacatera y
no reacciono al nombre. Más bien, le cuento, ahora al realizar algún trámite
saco la cédula, porque, hace unos días, me pidieron
el nombre completo y dije: Zacatera Morera Madrigal.”
Cuidado: Su nombre
vale, el apodo no.
Realmente se sentía orgulloso con su apodo y hasta se presentaba
cómo zacatera, nunca tuvo problema y, cómo la mayoría lo llama así, él lo
disfruta.
Beto,
julio, 2016
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