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miércoles, 28 de marzo de 2012

CONFERENCIA DEL ING. DENGO EN CLUB ROTARIO (Año 1946)


TRANSCRIPCIÓN DE LA CONFERENCIA
En ella resume lo actuado, lo visualizado y, lo más importante, propone la solución para resolver la crisis y proyectarnos al desarrollo.

El Proyecto de Electrificación de Heredia y sus Posibles Proyecciones en el Desarrollo Económico del país.

A manera de introducción voy a hacer énfasis sobre el título que le he dado a este trabajo: El proyecto de electrificación de Heredia y sus POSIBLES PROYECCCIONES EN EL DESARROLLO ECONÓMICO DEL PAÍS y el comentario es el siguiente: Si el país quiere, la obra tendrá proyecciones nacionales, no porque pueda dar luz y fuerza a toda la nación; esto es imposible, pues apenas alcanza para la ciudad y sus necesidades futuras, lo importante y significativo es la forma en que se ha proyectado, en que se está financiando y en que se desarrolle su gestión administrativa.

El proceso de organización seguido, así como la experiencia de la Municipalidad de Heredia y del grupo de ingenieros que participamos en la obra, servirá para señalar el camino para que el país desarrolle las fuentes de energía netamente nacionales, de servicio público y no de beneficio privado o particular.

Si el país no quiere emprender su lucha por la nacionalización eléctrica, entonces la planta eléctrica de Carrillos de Poás tendrá únicamente repercusión local y tendrá sentido provincial, nada más, y será la planta de Heredia, en vez de una unidad de servicio en el gran sistema nacional de energía eléctrica que visualizamos.

Paso ahora a describir las razones por las cuales los vecinos de Villa Vieja hemos andado a oscuras por tanto tiempo.

Hubo en Heredia servicio eléctrico desde finales del siglo anterior, pero de pertenencia privada suplido por las plantas de Porrosatí y Río Segundo de los señores Mendiola.

La planta eléctrica Municipal se construyó entre 1913 y 1915 y fue originalmente de 160 kW. En esa época el uso de la energía que conocíamos, era esencialmente el alumbrado, ya que la actividad industrial era modesta y nada moderna y también había leña en abundancia y a precios reducidos para cocinar. Sin embargo, esta nueva comodidad fue dejando de ser un lujo rápidamente, y ocupo el lugar de necesidad perentoria, como elemento de la vida moderna. Así es que pocos años después, el límite de capacidad de la plantita se había elevado y ya en 1922 había sobre-cargas.

En el año 1927 se logró, mediante financiamiento por parte del Estado, la instalación de otra unidad de 180 kW que entró en servicio en 1930 y que ya por 1935 empezó a mostrarse sobrecargada, creándose el problema que ahora comprendemos en toda su grandeza.

Desde entonces ha venido creciendo la demanda de fuerza, ya no sólo para alumbrado nocturno sino también para cocinar y para usos industriales. Por un lado los bosques han ido alejándose de la ciudad, por otro los precios de la leña han ido en aumento y el público ha visto en la fuerza eléctrica no sólo un medio de solventar el problema, sino además un medio muy cómodo de llevar a cabo las tareas domésticas.

También el desarrollo industrial local, la modernización de pequeños talleres, la instalación de nuevas fábricas, etc. han traído una demanda continua de energía de parte de los habitantes de Heredia.

De afuera nos han venido y vienen constantemente solicitudes de fuerza para nuevas industrias. Se nos han ido de las manos fábricas de aceites y grasas, frigoríficos y salchicherías, fábricas de tejidos y cajas de cartón, aserraderos y una serie de otras actividades industriales que buscan las ciudades de provincia por el bajo costo de sus impuestos, por los hábitos de trabajo y otras facilidades que ya no es fácil encontrar en San José. Se nos han ido estas oportunidades porque hemos tenido que decirles: NO TENEMOS FUERZA ELÉCTRICA DISPONIBLE.

Es difícil evaluar, pero después de un rato llegamos una vez a la conclusión de que en actividades económicas, en valorización de la propiedad y en valores productivos, Heredia a perdido o mejor dicho NO HA CREADO RIQUEZA POR VALOR DE 25,000,000 de colones, debido a la falta de fuerza eléctrica.

Las actividades actuales de la ciudad son reducidas, a pesar de que el capital existente en la zona es robusto, ya que es capital cafetalero. El obrero herediano emigra porque en su ciudad no hay campo para él, es bien conocido de todo ingeniero la cantidad de obreros entrenados en oficios de la construcción que proceden de Heredia. Sin este caudal de obreros productivos y a pesar de estar rodeado de capital cafetalero, Heredia es una ciudad pobre y la cusa fundamental es la limitación de actividades, impuesta por la falta de energía eléctrica.

Para concretar en números nuestra situación doy los siguientes datos:
1.    La capacidad generadora de la planta es de 340 kw que en las épocas críticas del verano se reduce a 260 kW por escasez de agua
2.    Los servicios conectados actuales son en total 702 kW de los cuales los de beneficios de café viene a agudizar el problema pues representan 50 kW indispensables, en el momento en que la sequia es mayor. Los beneficios de café son la vida económica actual de la región.
3.    Los servicios solicitados son por un total de 1440 kW de carga conectable de los cuales el mayor porcentaje representa industrias, cocinas y calefacción. Estos serían servicios del futuro inmediato, es decir, para los primeros años de funcionamiento de la nueva planta.
4.    El sistema eléctrico de Heredia cubre una población de 20,000 habitantes y los sirve en la forma más eficiente imaginable, por lo inadecuado de la plantita, es decir, por su falta de capacidad.

Debo decir aquí, como paréntesis, que la planta La Joya como obra de ingeniería es admirable porque es el primer caso en Costa Rica de uso múltiple del agua potable y energía. A los 32 años de servicio funciona perfectamente. Esto se debe a dos cosas:

1.    Lo conscientemente que fue construida por la firma de Mr. Purdy y el Ing. Pacheco Lara y
2.    Por el cuidado con que la tratan los encargados de ella, todos hombres sencillos, del campo, que le han dado todo su esfuerzo. Hace poco decíamos a uno de ellos que él sería maquinista de la nueva planta y su contestación fue: Si me quieren hacer un favor a mi me dejan con esta planta aunque sea de gratis.

Habiendo sido este el problema más serio que por muchos años ha afrontado la ciudad, los heredianos han tratado de darle solución en mil formas, buscando maneras de conseguir ayuda del estado, tratando de financiar con medios municipales, etc., hasta que durante esta administración se consiguió que el Estado dispusiera lo conducente para que Heredia pudiera financiar su planta.
Se encontró posible establecer un impuesto sobre la producción de fósforos nacionales de los cuales el 90% son de manufactura herediana – suficiente para los servicios de amortización e intereses de un capital de 2.500.000,00; luego se autorizó a Heredia para emitir bonos por el monto de ese capital, redimibles en 20 años con una amortización de 2% y un interés de 71/2 % anual. Con esos bonos Heredia solicitó, de parte de todos los costarricenses que puedan o quieran, un préstamo para transformar los bonos en dinero efectivo y les ofrece en cambio la perspectiva de un interés alto, como margen de ganancia.

Garantizar la comisión de bonos en primer lugar el Impuesto a la producción e importación de fósforos, que ahora mismo está siendo reforzado por el Estado; en segundo lugar, el Estado mismo, como garante solidario; y, en tercer lugar, pero que yo conceptúo como más importante, la producción de la planta misma. Será una planta con un mercado seguro y ávido por obtener fuerza para las necesidades, y la producción que se recoja ingresará libre de otras obligaciones que los gastos de operación, servicio y recapitalización.

 El trabajo hecho por la municipalidad

El Estado puso en manos del Municipio el dinero y les dijo: ahora hagan ustedes su planta eléctrica. Es curioso que en estas cosas el Estado limite su actuación a la parte estrictamente financiera, cuando por medio de otras partes de su engranaje podría complementar la tarea legislativa, poniendo en manos de los municipios no sólo los fondos necesarios para las obras, sino también los elementos de consejo y dirección que orienten y ayuden a llevar a buen término lo planeado.
Pero no es así; por lo menos en este caso hemos visto que se deja a la Municipalidad la responsabilidad de orientarse e iniciarse en materias poco comunes como es hacer una planta eléctrica.

Ante la grave responsabilidad de construir una obra de la magnitud de ésta y de manejar fondos que montan a más de 2.000.000,00 tiene la actitud del Municipio, que yo más he encomiado: a la par del deseo de actuar y llevar a cabo su obra, viene el deseo de familiarizarse y capacitarse para un trabajo difícil y ocurre que al mismo tiempo que ponen a actuar a sus ingenieros en la parte técnica, ellos se dedican a estudiar los diversos aspectos de la cuestión, yendo paso a paso desde las funciones administrativas, a través de los procesos financieros de la emisión de bonos y del impuesto de fósforos, hasta los aspectos técnicos, donde han tenido el buen cuidado de llegar a conocer los elementos de una planta eléctrica, su construcción, su funcionamiento, etc. Al ver con ellos esos aspectos hemos tratado nosotros de despojar de todo tecnicismo inútil y de toda matemática poco significativa cada explicación para poner la física en términos de sentido común, compresibles para cualquier persona no entrenada en el trajín de las letras griegas y las reglas de cálculo.

El monitoreo ha sido no sólo que se llevan una concepción clara de cada fenómeno físico, sino que le tomen gusto y tengan verdadero interés en la parte científica.

De esta manera el Municipio ha logrado orientarse y ya no sólo sabe que tiene la responsabilidad de hacer la planta eléctrica, sino que tiene la capacidad para tomar decisiones de carácter administrativo, financiero o técnico, con conocimiento de causa y sin el tema de no haber tenido una experiencia previa en materia hidroelectricidad.

El proyecto como obra técnica se definió al localizar, sobre el río Poás, en la región situada entre San Pedro y el Cacao, un punto bueno para desarrollar la fuerza que los técnicos del Municipio consideraron necesaria para dar a la comunidad herediana los servicios de energía necesarios para su desarrollo.

Nuestro criterio se basó en dos cosas al tratar del tamaño de planta necesario:

1.    La emisión de bonos autorizada nos permitía pensar en una planta de unos 1500 a 2000 kW

2.    Las necesidades de la población, estimadas de inmediato en 1440 kW y que en un futuro de 15 a 20 años podrían llegar a 3500 kW de carga conectada. Cabe aquí la aclaración de que la alta demanda inmediata es por razón de los largos años de limitación forzada de servicios.

Al sitio de Poás llegamos después de una cuidadosa exploración de más de 10 posibles lugares en donde encontraron la fuerza necesaria. Todo este trabajo inicial de exploración fue hecho bajo la dirección del Ing. Federico Gutiérrez Brauwn.

La planta que se proyecta hacer tiene las siguientes características:

§  Una represa de baja gravedad, diseñada para un posible embalse el día en que el concepto de regulación de ríos y mejor aprovechamiento de las aguas sea aceptado en el país.

§  Un conducto-canal de 3000 metros de largo que termina en un tanque de regulación del cual parte el tubo de presión de 1,40 metros de diámetro. La altura de caída del punto de arranque del tubo a la casa de máquinas es de 138 metros.

Se instalarán en la casa de máquinas dos unidades generadoras con turbinas tipo Francis capaces de producir 1200 kW cada una con una cavidad de agua, mínima de 2300 litros por segundo.

De este sitio parte una línea de transmisión de 33.000 volts que toca la parte norte de la ciudad de Alajuela y entra a Heredia por el lado de San Roque de Barba, con una distancia total de recorrido de 19.400 metros hasta la sub-estación.

El costo final de la obra es alrededor de 3.000.000,00 siendo imposible en el momento actual dar una idea más exacta por la fluctuación de los precios de materiales, equipo y maquinaria.

El tiempo de construcción se estima en 2 ó 3 años, dependiendo esto de las facilidades económicas. Actualmente cuenta el municipio con la suma de 708.000,00, que representan 688 bonos vendidos y 20 bonos sorteados sin vender que se emitieron a favor de la corporación. El guardián de estos fondos es el Banco Nacional de Costa Rica, cuya sucursal en Heredia hace el servicio de tesorero sin cobrar gastos de ninguna naturaleza.

Me estoy  extendiendo demasiado pero antes de terminar quiero tratar de explicar en qué términos está concebido el diseño de esta planta y las razones que hemos tenido para ello, sin que los conceptos de orden económico que manifieste sean un reflejo del criterio Municipal, sino mi propio modo de pensar.

La planta está diseñada tanto la parte civil como en la eléctrica bajo dos puntos de vista:

1.    El inmediato de satisfacer las necesidades perentorias de Heredia.

2.    El inmediato y más importante de servir en el momento oportuno como una unidad del sistema nacional de energía eléctrica. Esto para el día en que el criterio estricto de la verdadera economía hidroeléctrica nos lleva a la interconexión de las plantas de la nación, y a la realización de que, desde el punto de vista de los dínamos, no importa que la demanda de kilovatios venga de Heredia, de Alajuela o de Atenas.

Tiene el río Poás un significativo especial y estoy seguro de que está llamado a jugar el papel más importante en el desarrollo económico del país, pues ya existen en él dos plantas eléctricas nacionales –la de Alajuela y la del Ferrocarril- y tiene capacidad de desarrollar fuerza por cantidad hasta ahora no realizada.

Es nuestro sueño verlo convertido en un solo sistema de plantas escalonadas, empezando en san Pedro con una primera planta represadora, siguiendo luego la nuestra, después la actual de Alajuela, luego la otra nueva que Alajuela proyecta y finalmente la del ferrocarril al Pacífico. Estas plantas sin regulación del río podrían dar 11.000 Kilowatt y al unirlos en un solo sistema, con una regulación adecuada de las aguas son capaces de desarrollar hasta 20.000 kW, aunque ahora esto parezca fuera de la realidad.

Se ha mantenida viva en el país la ilusión del día en que la nación pueda hacer una planta de 20.000 kW; años hace que se habla de eso, sin embargo, creemos que ese día está lejano, porque habrá que disponer de fondos por valor de 25.000.000,00 para llegar a eso:

¿Entonces, por qué no empezar con nuestros modestos recursos dentro de las posibilidades actuales, financiando plantitas de dos o tres millones de colones?

Como inversión son buenas, pues en poco tiempo llenan el cupo de su capacidad y por consiguiente, recaudan desde un principio la totalidad de lo invertido.

Como posibilidad, es lo único que yo veo, porque con buen planeamiento y sólido estudio financiero, se puede, dentro del país crear los capitales necesarios para obras pequeñas de ese tipo.

Así paso por paso llegaremos algún día a la planta grande de 20.000 kW pero mientras tanto vamos dando a la nación energía disponible para la creación de más riqueza.

Yo quiero que se vea en todo esto un  concepto de nacionalismo cerrado; es que hay que ser práctico o nuestros problemas nunca pasarán el plano de la discusión utópica.

Respeto el punto de vista de quienes creen que debemos desde el principio hacer valer el sagrado  patrimonio de las aguas. Mi principio busca valer el sagrado patrimonio de las aguas. Mi propio padre sostuvo este criterio y lo consagró en  la Liga Cívica, yo creo, dada la situación presente, que lo que hay que hacer es proteger, prácticamente, el patrimonio de CREAR riqueza. Por eso es que veo la urgencia de que el estado haga sus propias plantas y las ponga a competir con las de las compañías extranjeras. La competencia leal es la base del proceso industrial.  

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