TRANSCRIPCIÓN DE LA CONFERENCIA
En ella resume lo actuado, lo visualizado y, lo más
importante, propone la solución para resolver la crisis y proyectarnos al
desarrollo.
El Proyecto de
Electrificación de Heredia y sus Posibles Proyecciones en el Desarrollo Económico
del país.
A manera de introducción
voy a hacer énfasis sobre el título que le he dado a este trabajo: El proyecto
de electrificación de Heredia y sus POSIBLES PROYECCCIONES EN EL DESARROLLO
ECONÓMICO DEL PAÍS y el comentario es el siguiente: Si el país quiere, la obra
tendrá proyecciones nacionales, no porque pueda dar luz y fuerza a toda la nación;
esto es imposible, pues apenas alcanza para la ciudad y sus necesidades
futuras, lo importante y significativo es la forma en que se ha proyectado, en
que se está financiando y en que se desarrolle su gestión administrativa.
El proceso de organización
seguido, así como la experiencia de la Municipalidad de Heredia y del grupo de
ingenieros que participamos en la obra, servirá para señalar el camino para que
el país desarrolle las fuentes de energía netamente nacionales, de servicio público
y no de beneficio privado o particular.
Si
el país no quiere emprender su lucha por la nacionalización eléctrica, entonces
la planta eléctrica de Carrillos de Poás tendrá únicamente repercusión local y
tendrá sentido provincial, nada más, y será la planta de Heredia, en vez de una
unidad de servicio en el gran sistema nacional de energía eléctrica que
visualizamos.
Paso ahora a describir las
razones por las cuales los vecinos de Villa Vieja hemos andado a oscuras por
tanto tiempo.
Hubo en Heredia servicio eléctrico
desde finales del siglo anterior, pero de pertenencia privada suplido por las
plantas de Porrosatí y Río Segundo de los señores Mendiola.
La planta eléctrica
Municipal se construyó entre 1913 y 1915 y fue originalmente de 160 kW. En esa época
el uso de la energía que conocíamos, era esencialmente el alumbrado, ya que la
actividad industrial era modesta y nada moderna y también había leña en
abundancia y a precios reducidos para cocinar. Sin embargo, esta nueva
comodidad fue dejando de ser un lujo rápidamente, y ocupo el lugar de necesidad
perentoria, como elemento de la vida moderna. Así es que pocos años después, el
límite de capacidad de la plantita se había elevado y ya en 1922 había
sobre-cargas.
En el año 1927 se logró,
mediante financiamiento por parte del Estado, la instalación de otra unidad de
180 kW que entró en servicio en 1930 y que ya por 1935 empezó a mostrarse
sobrecargada, creándose el problema que ahora comprendemos en toda su grandeza.
Desde entonces ha venido
creciendo la demanda de fuerza, ya no sólo para alumbrado nocturno sino también
para cocinar y para usos industriales. Por un lado los bosques han ido alejándose
de la ciudad, por otro los precios de la leña han ido en aumento y el público ha
visto en la fuerza eléctrica no sólo un medio de solventar el problema, sino
además un medio muy cómodo de llevar a cabo las tareas domésticas.
También el desarrollo
industrial local, la modernización de pequeños talleres, la instalación de
nuevas fábricas, etc. han traído una demanda continua de energía de parte de
los habitantes de Heredia.
De afuera nos han venido y
vienen constantemente solicitudes de fuerza para nuevas industrias. Se nos han
ido de las manos fábricas de aceites y grasas, frigoríficos y salchicherías, fábricas
de tejidos y cajas de cartón, aserraderos y una serie de otras actividades
industriales que buscan las ciudades de provincia por el bajo costo de sus
impuestos, por los hábitos de trabajo y otras facilidades que ya no es fácil
encontrar en San José. Se nos han ido estas oportunidades porque hemos tenido
que decirles: NO TENEMOS FUERZA ELÉCTRICA DISPONIBLE.
Es difícil evaluar, pero
después de un rato llegamos una vez a la conclusión de que en actividades económicas,
en valorización de la propiedad y en valores productivos, Heredia a perdido o
mejor dicho NO HA CREADO RIQUEZA POR VALOR DE 25,000,000 de colones, debido a
la falta de fuerza eléctrica.
Las actividades actuales de
la ciudad son reducidas, a pesar de que el capital existente en la zona es
robusto, ya que es capital cafetalero. El obrero herediano emigra porque en su
ciudad no hay campo para él, es bien conocido de todo ingeniero la cantidad de
obreros entrenados en oficios de la construcción que proceden de Heredia. Sin
este caudal de obreros productivos y a pesar de estar rodeado de capital
cafetalero, Heredia es una ciudad pobre y la cusa fundamental es la limitación
de actividades, impuesta por la falta de energía eléctrica.
Para concretar en números
nuestra situación doy los siguientes datos:
1. La capacidad
generadora de la planta es de 340 kw que en las épocas críticas del verano se
reduce a 260 kW por escasez de agua
2. Los servicios
conectados actuales son en total 702 kW de los cuales los de beneficios de café
viene a agudizar el problema pues representan 50 kW indispensables, en el
momento en que la sequia es mayor. Los beneficios de café son la vida económica
actual de la región.
3. Los servicios
solicitados son por un total de 1440 kW de carga conectable de los cuales el
mayor porcentaje representa industrias, cocinas y calefacción. Estos serían
servicios del futuro inmediato, es decir, para los primeros años de
funcionamiento de la nueva planta.
4. El sistema eléctrico
de Heredia cubre una población de 20,000 habitantes y los sirve en la forma más
eficiente imaginable, por lo inadecuado de la plantita, es decir, por su falta
de capacidad.
Debo decir aquí, como paréntesis,
que la planta La Joya como obra de ingeniería es admirable porque es el primer
caso en Costa Rica de uso múltiple del agua potable y energía. A los 32 años de
servicio funciona perfectamente. Esto se debe a dos cosas:
1. Lo
conscientemente que fue construida por la firma de Mr. Purdy y el Ing. Pacheco
Lara y
2. Por el cuidado
con que la tratan los encargados de ella, todos hombres sencillos, del campo,
que le han dado todo su esfuerzo. Hace poco decíamos a uno de ellos que él sería
maquinista de la nueva planta y su contestación fue: Si me quieren hacer un
favor a mi me dejan con esta planta aunque sea de gratis.
Habiendo sido este el
problema más serio que por muchos años ha afrontado la ciudad, los heredianos
han tratado de darle solución en mil formas, buscando maneras de conseguir
ayuda del estado, tratando de financiar con medios municipales, etc., hasta que
durante esta administración se consiguió que el Estado dispusiera lo conducente
para que Heredia pudiera financiar su planta.
Se encontró posible
establecer un impuesto sobre la producción de fósforos nacionales de los cuales
el 90% son de manufactura herediana – suficiente para los servicios de
amortización e intereses de un capital de ₡2.500.000,00; luego se
autorizó a Heredia para emitir bonos por el monto de ese capital, redimibles en
20 años con una amortización de 2% y un interés de 71/2 % anual. Con esos bonos
Heredia solicitó, de parte de todos los costarricenses que puedan o quieran, un
préstamo para transformar los bonos en dinero efectivo y les ofrece en cambio
la perspectiva de un interés alto, como margen de ganancia.
Garantizar la comisión de
bonos en primer lugar el Impuesto a la producción e importación de fósforos,
que ahora mismo está siendo reforzado por el Estado; en segundo lugar, el
Estado mismo, como garante solidario; y, en tercer lugar, pero que yo conceptúo
como más importante, la producción de la planta misma. Será una planta con un
mercado seguro y ávido por obtener fuerza para las necesidades, y la producción
que se recoja ingresará libre de otras obligaciones que los gastos de operación,
servicio y recapitalización.
El trabajo hecho por
la municipalidad
El Estado puso en manos del
Municipio el dinero y les dijo: ahora hagan ustedes su planta eléctrica. Es
curioso que en estas cosas el Estado limite su actuación a la parte
estrictamente financiera, cuando por medio de otras partes de su engranaje podría
complementar la tarea legislativa, poniendo en manos de los municipios no sólo
los fondos necesarios para las obras, sino también los elementos de consejo y
dirección que orienten y ayuden a llevar a buen término lo planeado.
Pero no es así; por lo
menos en este caso hemos visto que se deja a la Municipalidad la
responsabilidad de orientarse e iniciarse en materias poco comunes como es
hacer una planta eléctrica.
Ante la grave responsabilidad
de construir una obra de la magnitud de ésta y de manejar fondos que montan a más
de ₡2.000.000,00 tiene la actitud del Municipio, que yo
más he encomiado: a la par del deseo de actuar y llevar a cabo su obra, viene
el deseo de familiarizarse y capacitarse para un trabajo difícil y ocurre que
al mismo tiempo que ponen a actuar a sus ingenieros en la parte técnica, ellos
se dedican a estudiar los diversos aspectos de la cuestión, yendo paso a paso
desde las funciones administrativas, a través de los procesos financieros de la
emisión de bonos y del impuesto de fósforos, hasta los aspectos técnicos, donde
han tenido el buen cuidado de llegar a conocer los elementos de una planta eléctrica,
su construcción, su funcionamiento, etc. Al ver con ellos esos aspectos hemos
tratado nosotros de despojar de todo tecnicismo inútil y de toda matemática
poco significativa cada explicación para poner la física en términos de sentido
común, compresibles para cualquier persona no entrenada en el trajín de las
letras griegas y las reglas de cálculo.
El monitoreo ha sido no sólo que se llevan una concepción clara de cada
fenómeno físico, sino que le tomen gusto y tengan verdadero interés en la parte
científica.
De esta manera el Municipio ha logrado orientarse y ya no sólo sabe que
tiene la responsabilidad de hacer la planta eléctrica, sino que tiene la
capacidad para tomar decisiones de carácter administrativo, financiero o técnico,
con conocimiento de causa y sin el tema de no haber tenido una experiencia
previa en materia hidroelectricidad.
El proyecto como obra técnica se definió al localizar, sobre el río Poás,
en la región situada entre San Pedro y el Cacao, un punto bueno para
desarrollar la fuerza que los técnicos del Municipio consideraron necesaria
para dar a la comunidad herediana los servicios de energía necesarios para su
desarrollo.
Nuestro criterio se basó en
dos cosas al tratar del tamaño de planta necesario:
1. La emisión de
bonos autorizada nos permitía pensar en una planta de unos 1500 a 2000 kW
2. Las necesidades
de la población, estimadas de inmediato en 1440 kW y que en un futuro de 15 a 20
años podrían llegar a 3500 kW de carga conectada. Cabe aquí la aclaración de
que la alta demanda inmediata es por razón de los largos años de limitación
forzada de servicios.
Al sitio de Poás llegamos
después de una cuidadosa exploración de más de 10 posibles lugares en donde
encontraron la fuerza necesaria. Todo este trabajo inicial de exploración fue
hecho bajo la dirección del Ing. Federico Gutiérrez Brauwn.
La planta que se proyecta
hacer tiene las siguientes características:
§ Una represa de
baja gravedad, diseñada para un posible embalse el día en que el concepto de
regulación de ríos y mejor aprovechamiento de las aguas sea aceptado en el país.
§ Un
conducto-canal de 3000 metros de largo que termina en un tanque de regulación
del cual parte el tubo de presión de 1,40 metros de diámetro. La altura de caída
del punto de arranque del tubo a la casa de máquinas es de 138 metros.
Se instalarán en la casa de
máquinas dos unidades generadoras con turbinas tipo Francis capaces de producir
1200 kW cada una con una cavidad de agua, mínima de 2300 litros por segundo.
De este sitio parte una línea
de transmisión de 33.000 volts que toca la parte norte de la ciudad de Alajuela
y entra a Heredia por el lado de San Roque de Barba, con una distancia total de
recorrido de 19.400 metros hasta la sub-estación.
El costo final de la obra
es alrededor de ₡3.000.000,00
siendo imposible en el momento actual dar una idea más exacta por la
fluctuación de los precios de materiales, equipo y maquinaria.
El tiempo de construcción se estima en
2 ó 3 años, dependiendo esto de las facilidades económicas. Actualmente cuenta
el municipio con la suma de ₡708.000,00, que representan 688 bonos vendidos y 20 bonos sorteados sin
vender que se emitieron a favor de la corporación. El guardián de estos fondos
es el Banco Nacional de Costa Rica, cuya sucursal en Heredia hace el servicio
de tesorero sin cobrar gastos de ninguna naturaleza.
Me estoy extendiendo demasiado pero antes de
terminar quiero tratar de explicar en qué términos está concebido el diseño de
esta planta y las razones que hemos tenido para ello, sin que los conceptos de
orden económico que manifieste sean un reflejo del criterio Municipal, sino mi
propio modo de pensar.
La planta está diseñada
tanto la parte civil como en la eléctrica bajo dos puntos de vista:
1.
El inmediato de satisfacer las necesidades perentorias de
Heredia.
2. El inmediato y más
importante de servir en el momento oportuno como una unidad del sistema
nacional de energía eléctrica. Esto para el día en que el criterio estricto de
la verdadera economía hidroeléctrica nos lleva a la interconexión de las
plantas de la nación, y a la realización de que, desde el punto de vista de
los dínamos, no importa que la demanda de kilovatios venga de Heredia, de
Alajuela o de Atenas.
Tiene el río Poás un
significativo especial y estoy seguro de que está llamado a jugar el papel más
importante en el desarrollo económico del país, pues ya existen en él dos
plantas eléctricas nacionales –la de Alajuela y la del Ferrocarril- y tiene
capacidad de desarrollar fuerza por cantidad hasta ahora no realizada.
Es nuestro sueño verlo
convertido en un solo sistema de plantas escalonadas, empezando en san Pedro
con una primera planta represadora, siguiendo luego la nuestra, después la
actual de Alajuela, luego la otra nueva que Alajuela proyecta y finalmente la
del ferrocarril al Pacífico. Estas plantas sin regulación del río podrían dar
11.000 Kilowatt y al unirlos en un solo sistema, con una regulación adecuada de
las aguas son capaces de desarrollar hasta 20.000 kW, aunque ahora esto parezca
fuera de la realidad.
Se ha mantenida viva en el
país la ilusión del día en que la nación pueda hacer una planta de 20.000 kW; años
hace que se habla de eso, sin embargo, creemos que ese día está lejano, porque
habrá que disponer de fondos por valor de ₡25.000.000,00 para llegar a
eso:
¿Entonces, por qué no
empezar con nuestros modestos recursos dentro de las posibilidades actuales,
financiando plantitas de dos o tres millones de colones?
Como inversión son buenas,
pues en poco tiempo llenan el cupo de su capacidad y por consiguiente, recaudan
desde un principio la totalidad de lo invertido.
Como posibilidad, es lo único
que yo veo, porque con buen planeamiento y sólido estudio financiero, se puede,
dentro del país crear los capitales necesarios para obras pequeñas de ese tipo.
Así paso por paso
llegaremos algún día a la planta grande de 20.000 kW pero mientras tanto vamos
dando a la nación energía disponible para la creación de más riqueza.
Yo quiero que se vea en
todo esto un concepto de
nacionalismo cerrado; es que hay que ser práctico o nuestros problemas nunca
pasarán el plano de la discusión utópica.
Respeto el punto de vista
de quienes creen que debemos desde el principio hacer valer el sagrado patrimonio de las aguas. Mi principio
busca valer el sagrado patrimonio de las aguas. Mi propio padre sostuvo este
criterio y lo consagró en la Liga
Cívica, yo creo, dada la situación presente, que lo que hay que hacer es
proteger, prácticamente, el patrimonio de CREAR riqueza. Por eso es que
veo la urgencia de que el estado haga sus propias plantas y las ponga a
competir con las de las compañías extranjeras. La competencia leal es la base
del proceso industrial.