Don Jorge:
Fue un hombre íntegro y exitoso, cumplió con Dios y con la Patria; lo primero; al utilizar los talentos
recibidos en beneficio de todos y lo
segundo, al actuar cumpliendo a cabalidad sus deberes de ciudadano.
Personaje generoso; se entregaba por la
causa sin preocuparse por él esfuerzo a realizar. Y, en contra posición,
moderado al percibir, pactaba por menos sin importunarse.
Persona excelente; reunía todas las
condiciones de un ser humano: Trato amable, selecto sentido del humor, -atento
al escuchar, cauto al analizar y certero al aconsejar-, líder nato, hábil
motivador y todo lo demás…
Profesional distinguido; sus obras le
dieron realce a la ingeniería civil y eso le valió reconocimientos a nivel
nacional e internacional, entre otros: Doctorado Honoris Causa de la
Universidad de Costa Rica y de la Universidad de Minessotta. Profesional
Distinguido del Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos de Costa Rica y su
similar de EEUU y muchos reconocimientos más…
Político exitoso; actuó como servidor
público y sin influencias partidistas, fue asesor de muchos gobiernos y también
ocupo cargos importantes: Vicepresidente de la República, Ministro de Comercio,
Ministro de Planificación, Director de Defensa Civil con rango de Ministro…
Lastima
no haberlo elegido presidente, reunía todas las condiciones, pero, por no ser
un político de carrera, no se presentó la oportunidad.
Desde luego, sus
cualidades también se reflejaron en el ámbito familiar, con su esposa Maruja,
como cariñosamente le decía y a quién cada día amaba más e idealizaba como el
factor Maruja de sus éxitos, procreó seis descendientes, tres varones y tres
mujeres, creándolos con ese amor que se profesaron y el excelente ejemplo de
sus actuaciones de ambos. Disfrutaron luego, como bendición de Dios, muchos
nietos, bisnietos y creo que hasta tataranietos. Familia ejemplar.
En estos días, por
motivo de su partida, he sentido algo excepcional, prácticamente en todos los
niveles de la población, se percibe el reconocimiento a sus obras y un gran cariño a su persona. Lo cual no
es de extrañar, aunque a él, tal vez, muchos no lo conocieron personalmente
pero sí conocen, por lo menos, una de sus obras, la mayor de ellas, el ICE,
porque ésta se ha extendido por todos los rincones del país y, quienes la
disfrutan, así han querido manifestarse.
GRACIAS SEÑOR; por haberle permitido
a Don Jorge hacer tanto por nuestra querida Costa Rica, este pequeño país que,
por la crisis eléctrica y telefónica, servicios indispensables para lograr el
desarrollo, a mediados del siglo
XX estaba sumido en la pobreza y sin esperanzas de solución. Y, después de
varios movimientos del pueblo e intentos de solución fallidos; Tú, conocedor de
todo, nos enviaste a Don Jorge para liderar el movimiento de cambio. Y él,
contando con la formación personal y profesional adecuada, supo utilizar y
multiplicar los talentos recibidos para, con sus dotes de líder, formar el
grupo y avanzar con él hasta constituir el ICE, su obra mayor. El cual, al
vencer la crisis y seguir creciendo, se convirtió en “FUENTE DE PROGRESO Y PROSPERIDAD NACIONAL”
Hoy, estando él ya en tu reino,
muchos costarricenses -en especial los Iceistas y Apiceistas-, nos sentimos
huérfanos, por eso, para llenar ese vacío; permítenos recordar sus enseñanzas y,
en busca del fortalecimiento de sus obras y del país en general, ponerlas al
servicio de todos.
Permítenos Señor que, así como con
el ICE logró sacarnos de la crisis y enrumbarnos hacia el desarrollo, ahora,
con sus enseñanzas, podamos vencer los obstáculos que, aún teniendo la energía
suficiente, no nos permiten alcanzar ese anhelado desarrollo. El cual es
urgente para mejorar las condiciones de vida de todos los costarricenses. En
Tus manos estamos Señor, guíanos.
H. Arroyo B.
LOS NARRADORES:
Con este
homenaje póstumo, damos por reiniciada la narración de vivencias y, por no
estar ya Don Jorge con nosotros, para conocer su obra, utilizaremos sus
testimonios, escritos, charlas y otros documentos para, de esos, extraer sus
enseñanzas y de ser posible, buscarles provecho.
Decía Don Jorge:
“No todos sirven para todo, pero si todos
servimos para algo”
TAREA:
Buscar cada uno
“SU ALGO” y, para bien de todos,
proponerse hacerlo cada vez mejor y con un actuar “GENEROSO”, sin escatimar esfuerzos.
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