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jueves, 30 de agosto de 2012

La Guerra Civil de 1948: una síntesis

Gabriela Villalobos
Historiadora, Dpto. Antropología e Historia Museo Nacional de Costa Rica

 
 La Costa Rica de los últimos sesenta años está marcada por la década de 1940 y en particular, por la Guerra Civil de 1948; fue una época controversial que aún hoy despierta antagonismos y pasiones.
En la década de 1940 se profundizó el papel social y económico del Estado. Se creó la Universidad de Costa Rica en 1940, se promulgaron las Garantías Sociales en 1942 y el Código de Trabajo en 1943. Fueron años también marcados por la crisis    económica generada por la Segunda Guerra Mundial.

La dinámica política de la época arranca en 1940 cuando el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia ganó las elecciones presidenciales. Después de la ruptura con miembros de su partido, los nuevos aliados políticos de Calderón pasaron a ser los comunistas, bajo el liderazgo de Manuel Mora y el arzobispo de la iglesia católica Víctor Manuel Sanabria. 

Firma del Pacto de Embajada de México. Esta guerra dejó al parecer más de 1000 muertos, pero todavía hoy no se conoce la cifra exacta. 

La violencia y la represión de los gobiernos de la década de 1940 fueron la causa por la cual muchos personas apoyaron al Ejército de Liberación Nacional, pero finalizada la guerra, los ganadores también reprimieron y persiguieron a sus adversarios políticos. 

Los principales perdedores de la guerra fueron los comunistas, cuyo partido fue declarado fuera de la ley hasta 1975. Una de las acciones más violentas del período fue el asesinato en el Codo del Diablo de varios militantes comunistas por parte de militares de la Junta de Gobierno.

Aunque Ulate ganó las elecciones José Figueres ganó la guerra. Ante esta situación firmaron un pacto donde se estableció que la Junta de Gobierno bajo el mando de Figueres ejercería durante 18 meses sin Congreso y que pasado ese período, entregaría el poder a Ulate. También, se estableció que se convocaría a una Asamblea Nacional Constituyente para formular una nueva Constitución Política.

Las medidas que estableció la Junta de Gobierno dejaron en claro que había un proyecto político de reforma estatal y modernización del país. La nacionalización bancaria decretada por la Junta otorgó un papel decisivo al Estado en el crecimiento económico. También se creó el Instituto Costarricense de Electricidad para impulsar la producción de energía eléctrica y el desarrollo de las telecomunicaciones del país. 

Posteriormente, en  la Constitución de 1949, se estableció la abolición del ejército como institución permanente, el derecho al voto de la mujer y de la población afro-descendiente, la creación del Tribunal Supremo de Elecciones, la eliminación de la reelección de diputados y la disminución de atribuciones del Poder Ejecutivo. Además se estableció el régimen de instituciones autónomas, la Contraloría General de la República y el Servicio Civil.

El sistema político costarricense profundizó su carácter civilista con la creación de instituciones para evitar el fraude electoral y asegurar la estabilidad política, proceso que se acompañó de la consolidación del papel protagónico del Estado en diversos aspectos de la vida económica y social del país.

Sesenta años después los costarricenses nos enfrentamos al fin del ciclo histórico iniciado en la década de 1940, donde muchos impulsan el abandono de la función reguladora económica y social del Estado, traspasando algunas de las mismas al libre mercado.


Este es un debate que necesita la participación activa de todos los ciudadanos, pues concierne a las condiciones de vida heredadas de quienes forjaron nuestra historia y a la construcción de un futuro promisorio para las generaciones venideras.
 

informacion@museocostarica.go.cr  /  teléfono 2257 1433
Museo Nacional de Costa Rica-La guerra civil de 1948: una síntesis


Se publica con autorización del Museo Nacional de Costa Rica y de la autora. 

Recapitulando

Después del saludo y las recomendaciones para, retrogradando en la memoria, extraer las experiencias; se reseñó el escenario en donde las vivimos. Esa Costa Rica de la primera mitad del Siglo XX, con sus bellezas naturales y sus carencias tecnológicas; la cual, por la influencia de elementos relevantes (Guerras I y II, depresión de los 30, modelo agro-exportador en crisis, los cambios y reformas de los cuarentas,…), económicamente estaba inmersa en el sub-desarrollo y pobreza, y, lo peor, la crisis eléctrica y telefónica no le permitía enrumbarse hacia el desarrollo…

Para revivir lo actuado; se establecieron dos rutas: ‘-El Proceso de Electrificación’ y ‘-Los Esfuerzos de la Población’ (vistos desde dos ángulos: “superior e inferior”). Y, por ser la Guerra Civil del 48 un evento de cambio, se fijó como meta para la primera parte de las dos rutas establecidas y, habiendo llegado ambas a ese límite (se reseñó: Del Proceso…, la primera época, 1882 a 1949 y del Esfuerzo…, sus dos puntos de vista; superior con los testimonios de don Jorge, 1919 a 1948 e inferior, con las vivencias de Beto, 1937 a 1948), se da por concluida la primera parte…

Habiéndose narrado en ella algunas vivencias de los años cuarenta y de la Guerra Civil del 48…, resulta adecuado clausurarla con un comentario profesional al respecto. Para, además de confirmar lo relatado, ampliar el panorama de lo ocurrido en esa época. Buscando, lo encontré en, (informacion@museocostarica.go.cr), se titula La Guerra Civil de 1948: una síntesis. Escrito por la Historiadora Doña Gabriela Villalobos y publicado en la página del Museo Nacional de Costa Rica. Por, estimarlo ideal para el cierre de esta primera parte, con el debido permiso de la Autora y del Museo, lo incluyo.



Beto, llegando a la meta (final)...


-Llegó el día de las Elecciones; el domingo 8 de febrero de 1948…, a las seis de la mañana se abrieron los centros de votación (cuando repartía el periódico lo vi), cada Junta, lista para ejercer  el debido control de la actividad (con recinto privado para emitir el voto e implemento para depositarlo), abrió el acceso individual al cubículo (elector por elector) y, acatando lo dispuesto, mantuvo abierto hasta las seis de la tarde. Para mí…, todo transcurrió normal, no retengo ningún suceso en ese día…

El día siguiente… (Lunes 9); desde muy temprano se rumoraba, ‘Don Otilio ganó las elecciones…’ y en los periódicos, resaltaban su ventaja..., esa era la noticia del día y, considerándola definitiva, apenas llegué a casa la pregoné, pero, corrigiéndome, mamá contestó: ‘Va ganando’ y, de manera aclaratoria, agregó: éste es un resultado preliminar (leída de telegramas con datos del conteo en cada Junta), falta el recuento y posterior fallo provisional del Tribunal… Por último el aval Legislativo… Ahhhh… Entonces a esperar…

El martes 10; en el periódico descollaba: ‘Ulate gana presidencia, pero, con minoría de diputados…,…’ Aún tratándose de un resultado preliminar, como me aclaró mamá, estás noticias repercutían…, afectaban anímicamente a los electores (el bando ulatista mantuvo el goce… y en el otro… se apagó).

También; ese mismo día (martes 10), ocurrió un extraño incendio y, según las noticias, se quemó parte de la documentación electoral… Esa nueva, por la tensión del momento…, despertó reacciones e insinuaciones de fraude… El susurrar se mantuvo hasta finalizar el conteo… 

Sábado 28 de febrero; llegó la esperada noticia ‘El Tribunal Nacional Electoral declara provisionalmente electo a Don Otilio Ulate Blanco…’ (Provisional porque, como aclaró mamá, el fallo definitivo lo daba el Congreso).

La reacción no se hizo esperar, los perdedores se lanzaron a la calle y, con pancartas y pregones alusivos a fraude…, pedían anular las elecciones… (La conmoción duró todo el fin de semana).

El lunes 1° de marzo; la noticia matinal fue: ‘El Congreso, conocerá hoy el Fallo del Tribunal’ y, otra de similar valor: ‘Calderón (con ventaja parlamentaria), aduciendo fraude, pedirá anular el Fallo e ir de nuevo a elecciones’… Y así fue, después de la sesión, la noticia se difundió por todos los medios (formales e informales): El parlamento, en acalorada discusión…, por mayoría acordó: ‘Anular el Fallo e ir de nuevo a elecciones’…

También, por ser de ocurrencia simultanea con la sesión antes mencionada, se propaló una lamentable noticia: ‘Matan al Dr. Carlos Luis Valverde Vega frente a su casa…’, un grupo de militares, quienes, a solicitud del gobierno (para evitar algún intento de agresión al Congreso), se encontraban vigilando la casa del Doctor (Centro Operativo del grupo opositor, B° Don Bosco), armó una balacera e hirieron mortalmente al Doctor y a dos de los soldados…

Pero, por lo ocurrido, las noticias posteriores a esa sesión cambiaron totalmente de línea, para quienes seguíamos el proceso a través de ellas, la dirección del mismo se rotó en 180°… El contenido y el tono de las mismas, se endureció… La oposición, por lo sucedido, cambió de estrategia, eso, se sentía en el ambiente…

El Club del Partido Unión Nacional, en Alajuela, estaba frente al costado Este del mercado (exactamente en la esquina Noreste), era un edificio esquinero de dos plantas, en la planta baja había un comisariato y, en la planta alta el Club, la esquina del edificio era ochavada y en esa superficie, estaba la puerta principal del comisariato y, sobre ésta, otra puerta similar para comunicar el Club y el balcón en donde, durante toda la campaña, hondeó una enorme bandera, azul-blanco-azul (los colores del partido). Después de los hechos (uno o dos… días), en horas tempranas de la mañana pasé por ahí y me sorprendí al ver, en el centro de la franja blanca de la bandera, un manchón rojo simulando el lanzamiento de un puñado de sangre contra ella y, sin duda, reflejaba la desavenencia…, la ruptura de la paz… realmente impactaba… Era una protesta…, la cual, rápido se generalizó…, todos los ulatistas fueron manchando sus banderas y éstas, después de haber contribuido a mantener un ambiente festivo durante toda la campaña, de inmediato se convirtieron en símbolo de desazón, de preocupación…    

En calma aparente; así se sintió el transcurrir de los siguientes días, cada uno realizando lo suyo, pero, palpablemente, todos esperando algo… Era un hecho, Figueres estaba en su finca “La Lucha” con un grupo de dirigentes ulatistas ideando algo… Y, lógicamente, de sus planes no se sabía nada…, era un accionar secreto.  

El viernes 12 de marzo; a la una de la tarde, estando en el corredor  trasero con Francis (el primogénito de la familia donde trabajaba), después de reposar el almuerzo, salieron de la casa Margarita y Danilo, acariciaron al niño y ella, con un embarazo bastante avanzado, siguió hacia las pilas, él cruzó el patio y, por el portoncillo interno, ingresó a la caballeriza… Al instante, en posición de regreso y gesticulando con alguien, emboco en el portoncillo, mas, el retumbo de un disparo, lo petrificó. Ella, tras un grito de asombro se desplomo, el niño (al oír el tiro y ver caer a su madre) gritaba desconsolado (maaaa, maaaa,…) y Danilo, a quién tenían encañonado (venían a arrestarlo), inmóvil decía, nada más iba por ropa y cobija… Yo, medio aturdido de tan encimado estallido, pretendiendo calmar la confusa situación…, alzando al niño (quién requería atención inmediata), le dije a Danilo: Váyase, ahora le llevo sus cosas…, se entregó y, esposado, se lo llevaron detenido. En tanto, llego la Niña Tela (tía de Margarita) preguntando ¿Qué pasó…? Y, sin responderle, le dije: Tenga el niño para buscar ayuda (ni ella, por su mayoría de edad, ni yo, un escolar, podíamos levantar a Margarita). Al salir, seguro por el disparo, había mucha gente en la calle… y, Marti y Virgi, las dos vecinas del frente se acercaron ofreciendo ayuda, con ellas fue suficiente, la restablecieron y la trasladaron a la cama. Mas, por su estado, me mandaron a traer al Doctor Onofre, él vino, la examinó y la dictaminó bien, por milagro, ni el susto ni la caída le ocasionaron daño alguno...

 Restablecido el orden; para enterar a Danilo sobre la solución y conocer su versión del arresto, me mandaron a la Cárcel a dejarle un maletín con lo indispensable… Uhhhh…, la llegada fue sorprendente, estaba a reventar…, no había espacio para uno más… Mi fin de ingresar se dificulto; mas, insistiendo, lo logré... Al entrar por la puerta principal, vi a Danilo esperándome junto a la reja, me acerqué y al entregarle el maletín lo noté muy afectado, empero, al detallarle lo actuado…, poco a poco fue recuperándose. Luego, para oír su versión, le pregunté el motivo de la detención y me contó. La Guerra Civil estallo y, seguro para restarle apoyo, a todos los ulatistas nos tienen aquí. Le respondí: No entiendo porque, sin externar su color político, lo detienen por ulatista… Sí, Betillo, así es, pero, en habladas de vecinos, le conté a  Core (vecino calderonista, colindante al Este) y ahora, aprovechando la circunstancia, me estaba esperando  en la caballeriza para detenerme. Yo, acostumbrado a tratarlo como vecino…, volteándome hacia la casa para avisar, le dije: voy a… y sin terminar la frase, en un acto de matonismo, me disparó (a la altura de la oreja y a un metro escaso), todavía siento el zumbido…, pero ya verá ese… (El proyectil se incrustó en la pared a 1,50 m. de altura…)

Resumen de esa pugna…: Ese día estallo la Guerra Civil y, precautoriamente, ordenaron arrestar a los ulatistas; mas, por el método empleado (calderonistas armados para ese fin),   cometieron abusos y esos, generaron revanchismo… Después de las detenciones, de las cuales no preciso su final, por desarrollarse el conflicto a gran distancia de Alajuela, sólo por noticias y comentarios nos enterábamos de los avances del mismo… De eso hay mucho escrito (de quienes lo vivieron y/o estudiaron). Sin embargo, como contemporáneo de esa…, añadiré a este resumen mis conjeturas sobre los vagos recuerdos de lo escuchado para entonces…

El inicio de la guerra; era inminente, todos lo esperaban y sólo faltaba el detonante para iniciarla.  Según lo dicho, ese día (12-3-48),  el gobierno mando un escuadrón a detener a Figueres por tenencia indebida de armas y, derrotados por el grupo opositor, regresaron con varias bajas, entre ellas, el Comandante del grupo… Mas, sin duda, encendió la mecha…y, a partir de ahí, el grupo opositor en busca de su objetivo (derrocar  el régimen)…, tomó poblaciones importantes en el Sur (San Isidro del General y Santamaría de Dota) y, para desconcertar al gobierno…, efectuaban actos de sabotaje en algunos lugares (dañaban líneas, represas,… y otras obras)… Luego, en su afán de llegar a San José, tomaron Cartago y Limón (simultáneamente para complicarles la defensa...), en Tejar, según los rumores, se dio la batalla más sangrienta, murió mucha gente (entre ellos Efraín Arroyo Blanco de Alajuela, declarado héroe y en el Parque, frente a la catedral, hay un monumento en su memoria). 

El Señor Presidente; Don Teodoro Picado M., preocupado por el derramamiento de sangre, decidió  negociar el restablecimiento de la paz..., el Embajador de México ofreció mediar en el asunto… y, para saber la posición de los rebeldes, se reunió en la embajada con un representante de cada bando…, el Padre Núñez, a nombre del grupo opositor, establece como único arreglo posible “la rendición incondicional”.

Manuel Mora, representante oficial y defensor de la clase obrera, preocupado por la posición de incondicionalidad, gestiona una reunión con Figueres y una vez concedida, ésta se realiza en un lugar llamado “Puente de Fierro” en Ochomogo de Cartago, ahí, reunido con Figueres y el Padre Núñez, don Manuel logra su objetivo, continuidad para La Legislación Social y su Partido…

Terminadas las negociaciones; el 19 de abril de 1948, se firma el “Pacto de la Embajada de México” dando por finalizado el conflicto armado… En resumen, el pacto decretó: -Facilitar la salida del gobierno a los Mandos Civiles y  Militares… –Garantizarles la vida y hacienda… –No tomar represalias… –Respetar las Garantías Sociales… Y, como la renuncia  de los mandos era total (incluía presidente y designados), para acabar el periodo Constitucional y permitir una transición entre gobiernos, por consenso de las partes, el tercer designado, Ing. Santos León Herrera, asumió la Presidencia el 20 de abril de 1948 y la entregó a la Junta Fundadora de la Segunda República (Presidida por Figueres), el 8 de mayo de 1948.

Después de la guerra; cuando apenas se instalaba el nuevo régimen, se presento un movimiento revanchista…, algunos ulatistas indignados por el maltrato recibido cuando los detuvieron…, en busca del desquite, se alistaron para detener a los calderonistas (una reacción / sin razón…), el movimiento, hasta donde recuerdo, fue pasajero porque, como dice el refrán: “Quien la debe la tema” y, haciéndole honor al dicho, la mayoría de los buscados no aparecieron… Eso lo comprobé… cuando vi a Danilo buscando a Core (sólo a él, no le interesaba ningún otro), quería saldar la cuenta…, dichosamente no lo encontró ni supo nada de él… (Con el tiempo, todos se calmaron, todo pasó). También comprobé el caso contrario…: “A quién no debe, nadie le cobra”, cuando vi a muchos (entre ellos papá), realizar sus labores cotidianamente, sin ningún contra tiempo. Por su actuar pacífico, no tuvieron problemas ni al inicio ni al final… (Sin duda, fue un actuar revanchista…).

“Comentario; El fraude no era nada extraño en la década de los cuarentas, se hablaba mucho de esa engañosa práctica… (Especialmente en las votaciones de 1944...). Por eso, para el nuevo proceso, había un fuerte sentir al respecto y, previo a las elecciones (1948), hubo movimientos de la oposición exigiendo seguridad y participación en el proceso… (La Huelga de Brazos Caídos, fue el más fuerte), la calma se restableció cuando, al negociar, el gobierno les garantizó ‘Rectitud  e injerencia’… Sin embargo, la hostilidad generada por el fallo, demuestra desconfianza, o sea, con el ofrecimiento gubernamental sólo se logró un sosiego aparente, la presión acumulada en el sentir ciudadano siguió latente y en este proceso electoral fue protagonista… Apenas conocidos los primeros resultados (conteo con información telegráfica), comenzaron las protestas por fraude y los ajetreos en busca de reversar el resultado…, agravándose esas, cuando el Tribunal Nacional de Elecciones dio su Fallo (Provisional). Luego, cuando en acto ilegal (uso de mayoría en beneficio propio), Calderón logró anular el proceso (ya manchado con la muerte del Dr. Valverde Vega), se hizo evidente la necesidad de derribar esa vieja y débil norma… (Semidemocrática), para implantar un verdadero proceso democrático… Y, como la tención opositora estaba al máximo, con esos dos últimos actos mencionados (anulación y mancha del proceso), literalmente estalló y generó el conflicto…
Esa norma, verdaderamente era vieja, después de la independencia (en 1825), cuando se dieron los primeros pasos para el sufragio, inspirándose en la Constitución de Cádiz, optaron por el voto indirecto de tres grados (Junta popular, … parroquial y … partidos) y con reformas lo fueron actualizando hasta el año de 1913 (1° Adm. de don Ricardo), cuando pasa a “Voto Directo”. En el año 1925 (2° Adm. de don Ricardo), se modifica a “Voto Directo y Secreto” y, como día de elecciones, el segundo domingo de febrero… Y, en el año de 1936 (3° Adm. de don Ricardo), se establece el mínimo del 40%... También, sin duda era débil, muy débil y a ello se debía el manipuleo de los resultados. Aunque existía Junta Electoral y, en 1946 (Adm. de don Teodoro), se elevo a Tribunal Nacional de Elecciones, por no tener autonomía, su fallo era provisional y, para convertirlo en definitivo, requería el aval Legislativo… Esa era su debilidad…, por eso debía fortalecerse… 

lunes, 23 de julio de 2012

Beto continuación (IV)


-La plaza de ganado; al describir los alrededores de la escuela la mencioné, ubicándola frente a ella (Plaza Acosta en medio), mas, estando en otro tema (Curso lectivo…), con un ‘Luego les cuento’, pospuse su narración. Ahora, para cumplir lo ofrecido, contaré los recuerdos de un lunes en la plaza (La actividad se desarrollaba todos los lunes…).

Los domingos, por la tarde, iniciaba la llegada de camiones con ganado (novillos, toros, vacas, terneros,…, también llevaban caballos, cerdos, perros, pájaros,…) y, por la noche, algunos ya andaban curioseando, buscando el negocio como dicen.

El lunes en la madrugada; cuando se abría oficialmente la actividad, comenzaba un trajín interesante, vendedores y compradores buscando su objetivo: ‘conseguir lo mejor’…

Así, los compradores, en busca de un negocio redondo (bonanzoso y lucroso), primero hacían un recorrido de estudio y, al dar con lo requerido (algo conforme a sus necesidades),  se acercaba al vendedor para transar (conociendo el coste, ofrecía menos), así, regateando, poco a poco iban ajustando precio hasta llegar a lo justo para ambos y, al lograrlo, trato hecho… El negocio podía cerrarse por bulto o por peso, de ser el segundo, para calcular el monto, debía llevar la o las reses a romanear. Eso era de fácil trámite, primero pagar el importe para quedar en lista de espera, luego aguardar y, al llamarlos, ingresar su ganado a la plataforma de la báscula. La cual, para garantizar la permanencia del o los animales sobre ella, estaba protegida por un corral debidamente ajustado a sus dimensiones y con dos portones opuestos (entrada por el Norte y salida por el Sur). La plaza tenía un espacio grande en donde se acomodaban a mercar lo traído y quienes venían con hatos (manada), para facilitar su manejo, utilizaban los apartaderos; a estas áreas (general y aparto), las circundaba un callejón interno y, entre otros usos, servía de acceso a la romana. Cuando los animales ingresaban en el área de pesaje, por tener ésta un piso movedizo, éstos se desequilibraban y, con sus bruscos movimientos, alteraban el sistema, por eso, los responsables del pesaje, para hacer la lectura debían esperar  el restablecimiento de la calma.  Una vez normalizado el sistema, leían el peso y Licho, por ser el divulgador del grupo, lo pregonaba (Ejemplo: 567 Kg) y los interesados tomaban nota; era una actividad bonita y muy entretenida…, había quienes pasaban horas disfrutando…

La venta de caballos; era otra actividad muy concurrida, los vendedores-compradores y mirones, formaban tamaño grupo. El interesado en alguna bestia la revisaba con esmero…: pasaba observándola, se acercaba…, le levantaba la cola y miraba, le revisaba las pezuñas, luego, para estimar la edad, le agarraba del hocico y, abriéndole la boca, le observaba el desgaste de los dientes. Y después de esa meticulosa revisión, hacían la oferta y comenzaba el regateo…

La venta de cerdos; por lo escandalosos y olorosos, prácticamente sólo el vendedor y el comprador interesado, los mirones andaban de largo. Mayoritariamente eran cerdos con el tamaño y gordura para el destace, por eso, para llenar sus necesidades, los carniceros eran los más interesados en adquirirlos…

Una anécdota al respecto: El abuelo de Memín, un compañero de la escuela, se dedicaba a la venta de cerdos y un lunes, teniendo cinco ‘lechoncillos’ listos para llevar a la plaza, por algunos imprevistos en sus quehaceres, debió desistir, mas, por estar urgido del ingreso, le encargo al hijo menor (tio de Memín, poco diestro en los negocios), encargarse de la venta. Como instrucciones le dijo; busque un buen precio, pero, por ningún motivo acepte menos de setenta y cinco colones por los cinco. Muy bien Tata…, se despidió y partió con los ‘lechoncitos’ rumbo a la plaza. 

A penas llegando, un carnicero le dijo: “Déjeme esos animalitos, se los pago a veinticinco colones cada uno” y el tio de Memín le respondió; ‘NO, págueme setenta y cinco colones por los cinco y se los dejo’, trato hecho, dijo el carnicero, tome y deme.

Todo contento se regreso y, al entregar cuentas, le contó al papá los términos del negocio… Ayayay… ¡Pobre señor…! por la reacción…, casi se queda sin abuelo Memín.

Esta anécdota tiene su mensaje, vale la pena analizarla: 1) El carnicero ofreció 25,00 por cada cerdo esperando iniciar el regateo y, el inexperto vendedor, recordando la advertencia de su padre, sin pensar, pidió el mínimo sugerido (75,00 por los cinco). Así, el carnicero, conocedor del verdadero valor de los cerdos, se aprovecho de la ingenuidad del joven y le pagó lo pedido (apenas un 60% de lo por él ofrecido). 2) El precio justo se da cuando; ‘Si yo gano, tu ganas’, en este caso, esa relación se transformó en ‘Yo gano, aunque tu pierdas’, no fue justo...

Recomendación: ‘Nunca nos aprovechemos de un ingenuo, ayudémoslo cerrando un trato justo’.


Los perros, pájaros y otros…, por ser animales domésticos…, eran de compra riesgosa, se debía tener mucho cuidado, porque, en busca de unos pesos, individuos inescrupulosos  pasaban, se robaban algún animal de esos y, para convertirlo en efectivo, se venían a la plaza…, así, quién lo compraba, además de convertirse en topador, podría verse en un lio (por comprar lo hurtado).

También hubo casos de estafa: Una vez, durante la oscura madrugada, llegó un extraño vendiendo chorchas, se veían bonitas y a buen precio, rápido se le terminaron. A la semana siguiente lo andaban buscando y no para comprarle, sino para reclamarle porque les vendió zanates con el pecho pintado de amarillo… No lo encontraron…, jamás volvió, los estafó…

Ahí vendían de todo, comidas tiliches, animales, lotería, ropa,… y, aunque la mayoría de los vendedores eran bien intencionados, existían los mañosos y, sólo ‘pelando el ojo’ se detectaban.

Alteraciones externas; Cuando un novillo, se escapaba de la plaza, corría despavorido y, pasando de gente en gente, delante de él corría el grito avisador ¡viene un toro bravo!,…,…, así, todos corrían a refugiarse y/o cerrar puertas, portones,… De pronto pasaban el toro corriendo… y detrás los jinetes tratando de lazarlo, era un espectáculo relámpago…, pero, tratándose de un toro huyendo (no bravo, mas, si asustado y acosado) y unos jinetes persiguiéndolo (con su atención puesta única y exclusivamente en el animal), quién se atravesara lo arrollaban (peligrosísimo, un descuido y choz… júntenlo).

 Eso era normal todos los lunes y muy ocasionalmente ocurría en domingo por la tarde o noche...

En una escapada dominical; al ser las ocho de la noche, el novillo llegó al Parque Central, ahí, en un acto muchachil, un grupo lo acorralo y lo fue guiando hacia la entrada principal del Cine Milán (ubicado al costado sur del parque), una vez en ella, rompieron el cerco y lo arriaron hacia el interior de la sala. ¡Huyyyyyyyyy!…, imagínense…, estando en el cine, mirando con atención la proyección y de pronto irrumpe un enorme y asustado animal… Se oyó un múltiple grito de pánico, se iluminó la sala y, por suerte, con la inclinación y el brillo del piso, el toro se resbaló y fue a pegar contra el muro del escenario, quedando ahí quieto (por el golpe, el susto o milagro…) y, fuera del pánico vivido, no paso a más. De ahí, los expertos, lo lazaron y se lo llevaron…, fue una broma de alto riesgo, ejecutada sin medir las consecuencias, fue una ocurrencia de alguno efectuada entre todos. Sin embargo, cuando la policía llegó, ninguno apareció… En lo sucesivo, para proteger la entrada principal durante la proyección, el portón con cierre de tijera, permanecía estirado…, o sea, no permitía el acceso y, en caso de emergencia, se recogía hacia los lados y listo… (Vía libre).     

-El Polaco’; así llamaban a quienes, con una o más valijas llenas, andaba de Barrio en Barrio y de pueblo en pueblo ofreciendo telas y/o prendas de vestir a pagos. Cuando uno de ellos pasaba mercadeando, traía regocijo al vecindario, era la oportunidad para cubrir faltantes. Las mamás salían y, revisando la mercadería, escogían lo de su interés (según necesidades y posibilidades); en seguida, para saber el costo, cada una trataba con ‘El Polaco’. Sí pactaba, le firmaba un documento como responsable de la cuenta (detalle de lo recibido y adeudado) y, para el control de abonos y saldos, recibía una de las dos tarjetas confeccionadas para eso (cliente y  mercader). Así, semana a semana cuando pasaba cobrando (al no haber cuota fija, el abonamiento era acorde a posibilidades…), salían con la tarjeta y le decían, ‘abóneme tanto’, él, recibiendo el importe, lo anotaba en ambas tarjetas (señalando el nuevo saldo) y, devolviendo la tarjeta del cliente, seguía su camino. Seguro el negocio no era malo, porque, cuando aparecía una urgencia, aún con saldo pendiente…, le pedían la prenda requerida y, sin dilación, se las traía... (Ampliación del crédito).

La ropa interior (calzoncillos y camisetas); no la negociaban con ‘El Polaco’ porque la hacían en la casa. Seguro por resultarles más económico, en diversos negocios (pulperías, panaderías,…), compraban los sacos de manta vacios (utilizados para empacar azúcar o harina), con ellos,  las mamás, haciendo gala de sus habilidades, con su máquina de coser confeccionaban esas prendas y les quedaban bonitas, hasta tenían el cuidado de acomodar la marca impresa en el saco (me acuerdo las de ‘Harina Sol’ con el sol dibujado, cubriendo el pecho o la espalda).

Los pantalones de mezclilla; se comerciaban muy esporádicamente, porque, emparchándolos, los eternizaban (desteñidos, rotos y por lo general remendados, pero, ante las circunstancias, en uso). Para quienes vivimos esa época de pantalones eternales, los actualmente en moda nos resultan semejantes y, como las modas se repiten, hasta dudamos… ¿Podrá ser posible?... Sin embargo, por fortuna no se trata de un regreso de esa época, es una moda nueva y totalmente diferente: Esas prendas:
Antes, denotaban escasez, hoy, exhiben opulencia”.

-Comenzó la campaña política; eso me respondió papá cuando, caminando con él por la ciudad, al notar cierta alteración del ambiente le pregunté ¿Por qué ponen banderas y vivas en las casas? Y ésa, su respuesta, me fue novedosa … no tenía antecedentes al respecto (de procesos 40 y 44, no memoricé nada). Por eso, para ampliar el tema, continué interrogándolo… 

¿Por qué diferentes las banderas

R/… Para resaltar uno del otro, se trata de dos partidos diversos y cada uno impulsando a un candidato para presidente. Por eso, durante la campaña, ambos partidos lucharán por atraer a sus filas la mayor cantidad de votantes… y, según ellos, un factor importantísimo para sentir y mostrar poderío es: ‘Hacer resaltar sus colores en la comunidad…’

¿Cuáles son esos partidos y sus candidatos?
R/… El Republicano  Nacional, partido oficial… (Actualmente gobernante) e identificado con los colores ‘Azul-Amarillo-Rojo’ y pretende reelegir al Dr. Rafael A. Calderón Guardia (quién gobernó en el período 1940-1944) y El Unión Nacional, partido de oposición, se identifica con los colores Azul-Blanco-Azul y busca elegir a Don Otilio Ulate Blanco, prestigioso periodista.
¿A cuál considera mejor?
R/… Bueno, realmente no tengo conocimiento político para evaluar a estos señores, pero, si están de candidatos, los dos son buenos, tienen conocimiento y capacidad para gobernar el país. Sin embargo, por lo escuchado, para conservar las Garantías Sociales debemos votar por Calderón Guardia y, como esas protegen a los trabajadores, le daré el voto al Doctor.

¿Adónde escuchó eso?
R/… Hace días anda el runruneo e inclusive, la huelga de finales de julio y principios de agosto, la llamada ‘Huelga de Brazos Caídos’, ese fue un movimiento organizado por los patrones exigiendo garantía de elecciones libres y el gobierno, además de asegurárselos,  les permitirá participar… Ellos, los opositores, todos están unidos para tomar el poder y quitarse esa carga… Ese es el preocupante susurrar…

Bueno, si está decidido a defender un logro de los trabajadores y eso le señala por quién votar,

¿Cuándo ponemos la bandera?
R/.. No, nosotros no ponemos bandera, yo no pertenezco a ningún partido. Es cierto, estoy decidido a apoyar la causa de los trabajadores y, de hecho, sé por quién votar, eso es suficiente.

Lo comentado es para satisfacer su interés sobre el tema, pero, por mi trabajo, no me conviene externar color político alguno, debo mantenerme reservado y así, sin problema alguno, puedo servirle a los clientes de ambos bandos. Porque, aunque yo no tenga prejuicios, habrá quién si los tenga y, requiriendo mis servicios, decida no llamarme, eso, por afectar nuestros ingresos, sería de graves consecuencias…

Comprendido; estuvo muy bonito e interesante, pero, como ya llegamos, después continuamos…  

-Fiesta de cumpleaños; la hija de don Pedro cumplía años y, para darle realce a la fiesta casera, sus padres, entre otras actividades, programaron una presentación de títeres, espectáculo de mucha atracción para niños y, ese día no fue la excepción, la presentación dio alegría a la chiquillería presente (La corrida de toros, el maromero, el payaso…., todo era muy Jocoso). Además, con la autorización de don Pedro, papá le permitió a Naldo (declamador y actor aficionado), hacer un ensayo de, según él, una breve y divertida comedia titulada ‘El Duelo del Cobarde’ (Un preestreno ante espectadores inexpertos, diría yo). Por eso, llegado el acabamiento de los títeres, sin ningún preámbulo inició el acto:

Aparecen en escena dos caballeros (Naldo y su hijo elegantemente vestidos con frac, bombín,…), enfrascados en una fuerte discusión y, por sentirlo real, la inocente concurrencia se asusta, de inmediato lo refleja en su semblante, el regocijo externado durante la presentación de los títeres, se tornó en sorpresa, luego en susto… llegando hasta el pasmo o sea…, estaban perplejos. Así, cuando posicionados para el duelo ambos caballeros dispararon…, con las detonaciones se despertó el histerismo colectivo y, en  espantada, todos gritando corrieron en busca de protección, se metían debajo de las camas o detrás de los roperos u otros muebles donde sintieran seguridad,… Ese fue el fin de la fiesta…, costó restablecer el orden… y, al lograrlo, no quedaban invitados…

Papá se apenó muchísimo, lo llevaron para realzar la actividad y lo logró, mas, al terciar ante don Pedro para permitir el ensayo sin conocer la obra (era una comedia para adultos y no para niños), lo involucró en el caótico final… Tamaño fiasco… y durísima  experiencia…    

-No jugar futbol en la escuela; así lo estableció papá desde el ingreso de Manolo, ¿Por qué?, no lo sé, sólo nos decía: ‘Es un juego vano y peligroso’… Esa era su línea… (Correr y patear la bola, salvo lesiones, no deja nada…), o sea, no valoraba el deporte como salud (Mente sana y cuerpo sano a través del deporte…), empero, viéndolo como un peligro potencial, nos alejaba para protegernos de golpes, torceduras, fracturas,… Él, en lo personal, no practicaba deporte alguno, mas, por ser caminador (salvo traslados a lugares lejanos, siempre se movilizaba a pie), gozó de buena salud y, por suerte, nos indujo a caminar con paso rendidor (como él lo hacía).

Don Rigo, el maestro de educación física, me permitía participar en todo, excepto en futbol (por disposición paterna), cuando comenzaba la ‘mejenga’, me quedaba con él viendo el juego o, si tenía algo pendiente en la clase, comunicándole a él, me iba a realizarlo, ni modo…

En la fiesta de despedida; de fin de año lectivo (para mí, la despedida del tercer grado), hubo muchas actividades bonitas y entre ellas, diversos juegos en la plaza; como la prohibición era exclusivamente para el futbol, en todo lo demás me dejaban participar y así lo hice, tomé parte en varias. Sin embargo, por lo acontecido, describiré la carrera alrededor de la plaza: -En lo personal me sentía bien preparado para correrla, porque, aunque no jugaba futbol, todas las madrugadas, Manolo y yo, corríamos por lo menos dos horas repartiendo el periódico, ejercicio suficiente para estar en buenas condiciones… Sobre el evento (la carrera) nos interesamos casi todos y, por la cantidad de participantes, el grupo organizador no encontraba como ordenarla, pero, entre propuestas y contrapropuestas, se decidieron por hacer dos grupos y una vez conformados los grupos, girando instrucciones, los acomodaron a ambos en la esquina de la escuela.  Uno en posición para salir rumbo al Norte y el otro rumbo al Este, cada grupo le darían la vuelta a la plaza hasta llegar a la meta o sea, al mismo punto de salida y, sin más discusión,  luego, al escuchar el ‘Listossss Fuera’. Todos corrimos, a mí me tocó en el grupo con rumbo Este, al inicio era un molote, pero, recorridos los primeros 100 m, algunos habíamos tomado la delantera y, ya fuera del montón, nos sentíamos en competencia. Sin embargo, estando en lo mejor de la carrera, algo lógico pero no pensado ocurrió al llegar a los 200 m, nos encontramos con el otro grupo (los de rumbo Norte) y eso fue caótico…, se dieron choques entre punteros de un grupo y del otro, yo choque…, al venir uno concentrado en la carrera y con la cabeza gacha, no ve a quién, de igual forma, viene por lado opuesto y, más de uno, al pegar cabeza contra cabeza, quedaba medio atontado. Luego, al encontrarse los dos grupos compactos, se armó la de San Quintín, fue un mare mágnum, todos querían pasar y, por más intentos realizados ninguno pudo, hubo golpeados y, en especial, quienes habían quedado en el suelo atontados por el golpe, de feria, fueron pisoteados cuando se dio el desorden,… se restableció la calma, pero no el evento, se acabó la carrera,…

-A finales de enero del 48; faltando pocos días para concluir la campaña, en una cálida mañana, al acabar un servicio de jalar bolsas (de los muy buenos…), sólo podía regresarme atravesando la ciudad y, por curiosear, decidí hacer el recorrido en calma (no con paso rendidor como siempre) para, comparando el embanderado actual con el del inicio de campaña (cuando sorprendido con las primeras banderas interrogué a papá), estimar el avance. Resultado inesperado; realmente sentí el trabajo de los partidos y a mi entender, ambos cumplieron el objetivo (atraer votantes), así lo vislumbré al percibir el ambiente festivo de la urbe (banderas, vivas y…, la adornaban) y los votantes, de ambos bandos, gozosa y decididamente esperando el ya casi día de ir a sufragar.

Claro, por estar en cierre de campaña, el quehacer en cada grupo se sentía apresurado, trataban de aprovechar al máximo su tiempo…, un minuto perdido Podría ser la diferencia…

De manifestaciones o visitas del candidato a las poblaciones para, en presentación de plaza pública, exponer sus intenciones directamente a sus partidarios e indecisos presentes, de esta campaña (como simple observador, no era votante todavía), son pocos los recuerdos.

Realmente, de estos eventos en la ciudad de Alajuela, sólo tengo en memoria la entrada de Calderón Guardia y eso porque, por ruta, la caravana pasaba 50 m. al Oeste de mi casa y, propiamente en esa esquina, los organizadores hicieron un arco para colocar un retrato de Don Rafael Ángel (pintado por mi tio Manolo), por eso, por la cercanía y el interés familiar, me arrime a curiosear… Al ser las once de la mañana, inmersa en la algarabía tradicional, apareció la caravana y, según lo planeado, la carroza se detuvo en un punto previamente escogido para observar cómodamente el retrato. El Doctor, después de apreciarlo detenidamente, con gesto de agrado se volteó hacia mi tío y saludándolo le aplaudió, iniciando la ovación unánime de los presentes… (Emotivo homenaje para él). Luego, acabado el acto, la caravana reinició su marcha y, por razones incomprensibles para mi, al paso de la carroza, varias señoras (incluyendo mamá) decían: ‘¡El Doctor…!’ y, desvanecidas caían (era como histerismo colectivo o algo parecido)… La bulliciosa comitiva siguió y, sin otro interés, me fui para la casa…  Y, en el corto recorrido pensé, estamos a una semana del día decisivo, se nota gran interés por el acontecimiento y es lógico, ese día los votantes determinarán quién será el nuevo gobernante, por eso, al no poder votar, participaré invocando a lo Alto… por el mejor resultado… Hasta entonces…

Continuará…

jueves, 14 de junio de 2012

Beto, continuación (III)


Las curaciones caseras; en la vivencia anterior (El deterioro sanitario), conté sobre las plagas y enfermedades resultantes e incluí, para cada caso, un ejemplo del remedio casero usado. Era lo acostumbrado en esos tiempos, en todas las casas había hierbas medicinales y las llamaban así porque, tradicionalmente, las usaban para la cura de diferentes padecimientos y esa transmisión, posiblemente de procedencia indígena, las mamás la conocían bien, sabían cuál de ellas aplicar en cada caso. Es justo reconocerles su acierto, cuando alguien sentía algún malestar, se lo comunicaba a su mamá y, dando el diagnóstico, le decía tráigame una ramita de ‘tal cosa’, con ella hacían un bebedizo o ungüento y, bebido o puesto el mismo (según fuera el caso), de inmediato se iniciaba la recuperación. Antes lo hacían así, a pura práctica; ahora, por los diversos estudios realizados a esas plantas, se conocen las sustancias actuantes sobre el organismo humano contenidas en ellas (Entre otras; antibióticos, azúcares, grasas, proteínas, resinas, vitaminas, aceites, minerales,…) y cómo los efectos terapéuticos de esas sustancias actuantes intervienen en el organismo, especialmente en la o las partes afectadas, aún se utilizan, en menor grado siguiendo la tradición mencionada y, en grado mayor o comercial, hay fincas dedicadas a producirlas para proveer a los procesadores de medicamentos y también, si no me equivoco, hay quienes se dedican a la medicina natural, la cual, comparada con los medicamentos químicos, es mucho más asimilable por el organismo.

En el patio siempre había; entre otras: Albahaca; para trastornos digestivos. Juanilama; para agruras, colitis y gastritis. Romero; para sistema digestivo (antiséptico y en contra de gases), combatir parásitos y mejorar circulación. Hierbabuena; para las afecciones estomacales, el dolor abdominal -  menstrual u ovárico, ardor al orinar, curar las heridas y combatir la bronquitis. Salvia; para aliviar las molestias del estómago, el dolor de cabeza y los mareos. Culantro Coyote para el dolor de pecho, la indigestión  y el vómito. Orégano; para combatir las afecciones bronquiales e inflamaciones de las amígdalas y la garganta… (Malva, ruda, sábila, albahaca, perejil, apio,… También, aunque no sembrado en el patio, pero siempre había en cada casa Jengibre, borraja, tilo, manzanilla,…). Ésta era una práctica “2b“ (buena y barata), con la cual, resolvían todas las afectaciones comunes de la salud, digamos de grado menor, porque, para un caso serio como el tétano de Manolo, era indispensable la presencia del doctor. Esta medicina casera la complementaban con los masajes para las pegas (trastorno estomacal), golpes y torceduras. También, para atender daños mayores como fracturas, había algunos masajistas muy experimentados, tal es el caso de don José Castro en Alajuela, a quién recuerdo con admiración. Cuando había partido en el estadio, ahí estaba él para, de presentarse lesiones  durante el juego, atenderlas. El resto del tiempo, salvo cuando lo llevaban a atender algún paciente, lo pasaba rondando por el costado Norte del mercado y, si alguien lo buscaba para algo leve, ahí mismo lo trataba. Caso contrario, cuando por el tipo de lesión el paciente no podía movilizarse o se requería privacidad para atenderlo, él iba a la casa del sufrido y, con su conocimiento, lo aliviaba. Para ilustrar lo mencionado, basta un ejemplo de cada caso:

-Un dislocamiento del pulgar derecho sin tratanza, no recuerdo el origen pero si la consecuencia, sanó generando un abultamiento en la parte superior del mismo (lo llamaban goma). Con el tiempo, por su tamaño, comenzó a entorpecer los movimientos del dedo y, preocupado, fui al mercado a buscar a don José, quién, al mostrarle la mano me preguntó la causa y mi respuesta fue, no sé… Sin embargo, por su actuar, él si sabía y para corregir el daño, masajeando la goma suavemente y  explicándome porqué se formó, fue atrayéndome al tema y, cuando más concentrado estaba, sentí una breve pero profunda sensación de dolor y en un ‘Ay’ pasó. Listo dijo don José, eso era todo, el dedo está montado y para deshacer la goma, póngase alcohol con alcanfor durante ocho días… Efectivamente, a los ocho días estaba totalmente sano y sin ninguna molestia hasta la fecha. ¡Cómo sabían estos señores,…,! para hacer el jalón requerido y montar el dedo sin movimientos contrarios de mi parte, con sabias explicaciones, me abstrajo de la operación e introdujo en la explicación, así, fácilmente lo logró. 


Dibujo: Beto 2012
- Se accidentó papá; al llegar a casa, como a las once de la mañana, sentí un ambiente confuso y, efectivamente, en el cuarto de ellos encontré el barullo, una palangana grande embadurnada de yeso, un poco de gaza, tijeras y otros implementos… En la cama estaba papá, con su brazo izquierdo estirado sobre un banco y don José Castro (masajista experimentado), sentado al lado de la cama y frente al brazo, terminando de enyesarlo, mamá y mi hermana Virgi atentas por cualquier cosa, poco después del cuarto, toda la prole ansiosa por conocer resultados. Al verme, mamá se me acercó y me contó lo sucedido… Su papá, dijo, estaba trabajando donde don Juan y, por un fallo de la escalera, calló golpeándose el costado izquierdo. Mande a traer a Don José, él le detectó fractura en el brazo y en tres costillas de ese costado, requería intervención inmediata, se la dio y todo está listo, las costillas montadas e inmovilizadas y el brazo prácticamente enyesado, está terminando el afinamiento superficial. Ciertamente, al poco rato don José dio por finalizada la operación  e informando  sobre el tiempo de reposo, un mes para las costillas y tres meses para el brazo, se tomó un café, recibió los tres colones de sus honorarios y se fue rumbo al mercado, por si alguna otra persona lo requería… 

Al inicio de la tarde, 1:00 p.m., llegó don Juan bastante preocupado y preguntando por Mado, (en la hora de almuerzo le contaron lo sucedido), se le explicó lo actuado y preguntó ¿Cuál médico lo vio?,  ninguno le respondió mamá, lo puse en manos del creador y de don José Castro. Eso está muy bien, pero, para estar seguro, necesito un dictamen profesional, puedo hablar con él, si claro… Ingresó  y lo dejamos con papá… Don Juan lo convenció de ir al Hospital para, tomadas las placas respectivas, tener la opinión del Dr. Rodriguez sobre el caso, Así lo hicieron, papá, con un poco de ayuda, se montó en el carro con don Juan y se fueron… Un par de horas después, regreso tal y como se fue; eso sí, muy contento porque el doctor les dijo: ‘Todo está bien, hasta el tiempo de reposo’… Realmente, esos señores, eran admirables.

Cara lección;  empero, con ese accidente, papá ganó experiencia: A su manera (más comentarios y consejos recibidos), interpretó lo ocurrido y, acostumbrado a la enseñanza por transmisión, siempre nos decía: ‘cuídense de los pisos encerados o brillantes son traicioneros, para trabajar en ellos con escalera, envuélvanle las patas con gangoche’. Excelente consejo, aprendió la lección tardíamente, mas, cómo siempre afirmaba, ‘vale más tarde que nunca’.

Lo ocurrido; claramente señala como causa, ‘El peligro potencial creado’ y dos concausas causantes del percance 1. Por costumbre… (Lo produjo) y 2. Por desconocimiento… (Lo activo).   1) El mucho hacer algo nos conduce a la práctica y, eso, nos resta malicia. En este caso, papá, por la costumbre, llego puso la escalera en el sitio requerido para el trabajo a realizar y, sin considerar ningún otro factor, subió… 2) Podríamos preguntarnos ¿Por qué no pensó en otros factores?, y la respuesta es obvia, por desconocerlos; lo ignorado no se ve y, por ende, no se considera. Él  estaba frente a un peligro inminente pero no lo vio, porque, además de ser lego en la teoría de la física, por lo visto, nunca se había llevado ningún susto al respecto o sea, sólo tenía práctica. Por ello, aplicándola, al poner su escalera de abrir en un piso de madera encerado y sin ningún antideslizante entre ambos (gangoche, cartón,…), creó un peligro potencial sin darse cuenta y al subir (ignorancia), con su peso, activo el deslizadizo apoyo iniciando el resbalamiento de las patas, esa acción fue tensando el mecate sostenedor hasta superar su resistencia y reventarlo, permitiendo el súbito estiramiento de la escalera y el tumbo de su ocupante, en este caso papá… 

Lástima, muchos accidentes de este tipo (desconocer) podrían evitarse sí, durante la etapa de formación, en matemáticas y física se realizaran prácticas con problemas de este tipo para, además de imprimirles atracción y comprensibilidad, darles aplicabilidad en el diario hacer. (Una simple escalera de abrir, puesta sobre un piso deslizante y sin aislante, se convierte en un peligro potencial, porque, el peso de quien suba, genera fuerzas de impredecibles consecuencia).

Se enfermó la abuela; el primero de enero, a temprana hora, mamá se fue para Puntarenas, le habían avisado sobre la gravedad de la abuela, el día cinco regresó con la misión de llevarnos, la abuela quería vernos… Hizo los preparativos y, al día siguiente, salimos rumbo al puerto. Íbamos disfrutando el viaje, como siempre, cuando, apenas reiniciándolo después de la parada de Orotina, apareció su tio Chus, un hermano de la abuela, saludó a mamá y le dijo ¿vas para el entierro? Y, eso, cambió todo, mamá se descompuso, el Oficial del tren corrió al final del carro y accionó la llave de una tubería ahí ubicada (aire comprimido), con ello, mandó una señal al maquinista y se detuvo el tren, le dieron la atención requerida, luego, una vez restablecida, seguimos.  Al llegar a Puntarenas, en la Estación, estaban mis tres tíos (Johan, Goyo y Quincho) esperándola para darle la noticia (lástima, con la noticia bien dada, tal vez se hubiera afectado menos…).  Al llegar a la casa y encontrarse con las hermanas (Anita, Mira, Tere, Tina y Flor), se mostró resignada y, como era la mayor, comenzó a disponer. Esa fuerte reacción, me imagino yo, en parte se debió a la impactante e inesperada noticia, ella iba con la ilusión de llegar donde la abuela  con nosotros y con la nueva se frustró, no pudo cumplir su promesa…   
  
El entierro de la abuela; ese mismo día, en horas de la tarde, se efectuó el sepelio y por un par de cosas diferentes, me dejó recuerdos imborrables. Su inicio habitual, condujeron sus restos mortales a la Iglesia y, finalizada la ceremonia, continuamos hacia la Estación del Ferrocarril, ahí estaba un tren esperando (treparon el ataúd), lo abordamos  y proseguimos en tren hasta el frente del Cementerio en Chacarita (Esto lo tornó diferente…, me sentí en un tren familiar…); de ahí, proseguimos hasta el lugar preparado para el enterramiento y, después de lo acostumbrado (verla por última vez, encomendarla,…), colocaron el féretro en el fondo de la fosa e iniciaban el relleno, cuando, mi tio Goyo se lanzó dentro y repetía: ‘entiérrenme con ella,….,…,’), no sé porque lo hizo. Algunos runruneaban ‘está beodo’ y, por lo ocurrido, no había ninguna duda, pero, sacarlo, eso sí fue difícil… Él, no hacía ningún intento, estaba dispuesto a quedarse y, por las dimensiones de la fosa (ajustada a la caja), era prácticamente imposible meterse a sacarlo. No obstante, para terminar de llenar, debían sacarlo y así lo hicieron, varios se tiraron de panza al borde de la sepultura y, no sé cómo, lograron agarrarlo, ponerlo de pie y sacarlo; tamaña confusión. En seguida, terminada la inhumación, abordamos el tren y, ya oscureciendo, llegamos al puerto.

Por la noche; en torno a la mesa del comedor, con el bombillo encendido y un par de canfineras para alumbrarnos (pésimo servicio eléctrico), estábamos reunidos con el abuelo (Rafa) contando diversas historias, cuando, Morales el esposo de mi tía Mira (quién, por sus frecuentes viajes a la cocina, seguro estaba tomando), sacó el paquete de cigarrillos, ofreció (tres le aceptaron), repartió y los guardó. Después, saco un billete de cien colones (la máxima denominación para entonces), lo arrollo a lo largo y, arrimándolo a la canfinera, le prendió fuego para usarlo como encendedor, todos a gritos le repetían ‘apáguelo,…,…’, no hizo caso, cuando terminó su caro capricho ya el billete estaba prácticamente consumido. Todos se lamentaban por lo ocurrido, lo regañaban por la crueleza, tanta gente necesitada y usted quemando dinero, pero, él, no se daba por aludido, parecía haber disfrutado su acto de fanfarronería. Según mi tía, se trataba de un nuevo defecto, posiblemente, en alguna juerga reciente, alguien lo hizo, le gustó y lo ha practicado ya dos veces, tratare de persuadirlo, dijo...

Lo escuchado en torno al aprovechamiento del dinero, fue aleccionador, por dirigírselas a Morales, parecía un desperdicio, pero, entre lamentos y regaños, definieron su correcto uso.

‘El dinero, como medio proveedor del sustentamiento familiar, nunca sobra, siempre habrá algo para invertirlo y, si no lo hubiera, se ahorra para cubrir necesidades futuras, propias o ajenas, hay muchas, muchas,…, familias necesitadas’. Resumidamente le dijeron:

‘La llama del billete consumió su esfuerzo y, lo peor, sin nadie disfrutarlo’

Terminado lo funéreo; mamá nos dijo: Bueno, ya la abuela descansa en paz y estoy segura, desde arriba ya los vio, por eso, para seguir adelante con lo nuestro, debemos regresar a Alajuela. Ay, no…, exclamamos, tía nos invitó a rezar. Sí, respondió, hoy rezamos aquí, mañana regresamos y le seguimos rezando en casa… Así se hizo…

Reiniciando el curso lectivo;  mi tercer grado ya, una tarde, la niña Berta nos dio un documento para llevar a la casa, con el cual, además de comunicar a los padres la presencia del Dentista en la Unidad Sanitaria (Centro de Salud Pública, hoy, bingo de la Cruz Roja) y de indicar la exclusiva atención de escolares, enlistaba los posibles servicios a optar  e indicaba: Si su hijo requiere algún servicio, márquelo y firme autorizándolo.

Cuando llegué a la casa y entregué el papel, mamá me dijo: ‘Esos dos dientillos de leche encaramados van a dañar los nuevos’, sí, le conteste, ya comienzan a estorbar, mejor quitarlos. Ella marcó extracciones (2), lo firmó y me lo dio.

Al día siguiente, por la mañana, la niña Berta recogió los mensajes autorizados, se los entregó a  Juana (la portera) y continuamos trabajando. A media mañana, pasaron unas enfermeras llamando a quienes  estábamos autorizados para ir al Dentista; salimos, nos acomodaron en fila y nos fuimos para la Unidad Sanitaria (recorriendo 100 m al Oeste y 200 al sur de la Escuela), llegamos y, la misma fila la acomodaron para, haciendo el giro señalado (entrar por la puerta lateral y pasando el consultorio, salir por el frente para continuar la fila hacia la lateral…) pasar dos veces por el consultorio. La primera  para inyectar y la segunda para la extracción. Parecía muy bien, pase me inyectaron los dos dientes encaramados y seguí la fila, mientras avanzábamos sentí como se iba adormeciendo la encía y, sin mucho dilatar, muy contento me senté de nuevo en la silla, y, en un chuc-chuc, fuera los dos dientillos. Hasta el momento, todo muy bien, yo diría maravillosamente bien, con buen trato y sin pérdida de tiempo me hicieron lo solicitado. Pero, el Dentista (un señor un poco mayor), me dijo: tiene una muela inferior cariada ¿la sacó? Y, por lo antes experimentado, le dije ‘Sí’, de inmediato sentí donde atenazó una muela del fondo y comenzó a jalar, como no podía, sin soltarla, le pidió a las enfermeras sostenerme de los brazos, luego, con la rodilla, se apoyo en el brazo de la silla (casi en mi estomago) y siguió jalando, de pronto, no sé por qué, me soltaron y, tirándome de la silla, corrí despavorido hasta la casa. ¿Qué pasó? Dijo mamá, le conté y, revisándome, afirmó: sólo los dos dientillos le extrajo, la muela está maltratadilla pero está, no la pudo sacar… Y, dando por cerrado el caso…, me dio agua con sal para enjuagarme y un bebedizo para aliviar el dolor o calmar el susto, no sé…

Para ser justo, a los encargados de la organización les mantengo la calificación, pero, el dentista, por su ligereza (intentar extraer una muela sin autorización, sin inyección,…, y sin fuerza), pasó de extraordinario a ordinario en un solo tumbo…

El Comedor del Patronato y la Gota de leche; estaban ubicados junto al costado Oeste de la Unidad Sanitaria. En el primero; todos los días le daban almuerzo a gran cantidad de escolares, era un salón muy grande y se llenaba mínimo dos veces. En la escuela me dieron una tarjeta para almorzar ahí, pero, por formación, en casa siempre nos decían ‘Deben ganarse lo que se comen y, en ese comedor, sólo era llegar comer e irse, no podía practicar la enseñanza… Por eso, para no despreciar a quienes me escogieron y realizar lo aprendido…, hable con los encargados y me aceptaron como colaborador, así, llegaba y pasaba directo (no hacía fila), guardaba los cuadernos (siempre venía o iba para la escuela, según el horario) y les ayudaba a servir (me enseñaron a llevar tres platos por viaje), así unos repartiendo cucharas y fresco, otros sirviendo el plato, rápido terminábamos y luego, juntos los trabajadores y colaboradores, almorzábamos…

En la segunda; la Gota de Leche, era un servicio para las madres, no sé como operaba, pero, si recuerdo, por las mañanas, ver muchas señoras retirando las botellas de leche para sus niños…   

Mi primer trabajo fijo; en la casa de la familia Lara-Chinchilla, ubicada 100 m Sur de la Iglesia de La Agonía, Casi al frente de la casa donde, con aquel temblor de octubre…, nos cayó la pared y por poco quedamos aterrados (Manolo y yo) o sea, donde nos reiniciamos al regreso del malogrado viaje al puerto… El trabajo era sencillo y podía alternarlo con la escuela, consistía en entretener  y cuidar los chiquillos (lo practiqué en casa cuando el cambio), así, doña Margarita, tranquilamente se dedicaba  a sus quehaceres y yo, me ganaba un salario semanal, jugueteando…

Era un lote esquinero y espacioso, con frente a la Calle Ancha (20 m) y por el costado Norte, un frente largo (50 o 60 m), en la esquina estaba la casa (con patio lateral), tenía un corredor grande atrás en donde estaban las pilas, los baños y letrinas e inmediatamente después un pequeño patio trasero, separando la casa de la caballeriza (Danilo, el esposo de margarita, era domador), el resto eran patios para realizar actividades con los caballos y en la esquina trasera interna, había un enorme hueco en donde depositaban los desechos de la limpieza de las cuadras (aserrín con estiércol) y cuando estaba lleno, lo vendían al mejor postor (lo utilizaban para abonar cafetales).

La caballeriza tenía, además del paso privado a la casa, acceso externo a través de un pasaje central amplio (entraban y salían a caballo), con ocho cuadras, cuatro a cada lado del pasaje, una, la del fondo a mano izquierda entrando, la ocupaba permanentemente ‘EL CACIQUE’, un robusto y bien domado percherón, propiedad de Danilo. Lo tenía para padrear,  pero, seguro para promocionarlo disfrutándolo, a toda actividad con tope lo llevaba; por lo menos una semana antes le hacían trenzas para, el día de la actividad, lucirlo con su crin ondulada y sus pasos elegantes. Era muy dócil, por eso, a cualquier hora, podía entrar a la cuadra con los chiquillos, le llevábamos comida, lo rasqueteábamos, le hacíamos trenzas,… y, ese enorme animal, se dejaba, los chiquillos lo tenían como su gran juguete…

Las otras cuadras eran ocupadas por caballos en proceso de doma (llegaban sin desbravar, pero, con el tiempo, a fuerza de ejercicios y enseñanzas aprendían a obedecer). Danilo y su hermano Coco eran los domadores, también, para las labores asistenciales, trabajaba con ellos Manu Zonta. Al principio, para bajarles la bravura, utilizaban métodos fuertes y, poco a poco, conforme iba asimilando, comenzaban con los ejercicios y enseñanzas hasta lograr su docilidad. Cuando aprendían, respondían rápido a cualquier instrucción dada. Una vez, estando en la caballeriza (a mí me gustaba ir… y apenas tenía chance…), me dijo Coco ‘Beto, tráigase ese caballo’, voltee la mirada y lo vi, estaba en el patio listo para montar y, con la rienda, amarrado a una de las argollas para eso puestas en la pared, llegue lo solté y, para llevármelo agarre sólo un lada de la rienda y jale, el caballo dio vuelta y como yo seguía jalando, continuo dando vueltas y guindando de la rienda yo también, mas, al oír a Coco gritar, ‘suéltese’, lo hice y, con el impulso, paré en la cerca de piñuela. Por suerte fue sólo el susto y con la explicación de Coco, me quedó claro, para jalarlo hacia delante, es necesario asir los dos extremos de la rienda, porque, si jala sólo uno, el animal gira para el lado que jale (Así, con lo aprendido, eliminé la posibilidad de un accidente por desconocimiento).

Doña Elena, la mamá de Danilo, les hacía las tortillas y, cuando trabajaba por la mañana, iba con los chiquillos (Chisco, Dasy, Charly, Meme, Margari,…) a traerlas y siempre me acuerdo, apenas llegaba, ella cogía una tortilla caliente, le untaba manteca con pringues de sal y me la daba… Uh… que rico, valía la pena…   

Continuará
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