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miércoles, 2 de abril de 2014

“Dirección y acción para el hacer...“



Líderes y mística
“DIRECCIÓN Y ACCIÓN PARA EL HACER…”

Heriberto Arroyo Barboza
Pensionado ICE, Apiceista                                                                                                                                                                                                

Cuándo los hoy jubilados éramos escolares, en diversos hogares se practicaba la tradición oral, de generación a generación, los padres, utilizando frases populares formativas, transmitían los buenos hábitos a sus hijos.  De esas tantas frases usaremos una para introducir el tema: “Lo que bien comienza, bien termina”. Esa corta frase es alertadora, nos advierte donde está la clave del éxito y, si queremos lograrlo, no debemos avanzar sin antes tener todo definido. En primer lugar saber ¿qué se quiere y cómo lograrlo? y, a partir de ello, realizar todos los estudios y  planes previos. Luego, antes de iniciar el avance hacia la meta, definir políticas de dirección y directrices para el buen accionar del equipo de trabajo. 

El ICE, a sus 64 años, con el éxito alcanzado evidencia un buen comienzo y su historia así lo comprueba. Sin embargo, posiblemente por razones internas (crecimiento, cambios u otras) o externas (ingobernabilidad, políticas económicas u otras con afectación directa o indirecta), en la actualidad aparenta un debilitamiento de esos principios, por ello conviene darles un refrescamiento.

Desde el inicio, por la actitud y liderazgo del grupo pionero, brotó la mística, se desarrolló y, por tradición, aunque mostrando cierto agotamiento aún perdura. Su aporte, sin duda, ha sido relevante en la consecución de las metas; especialmente al afrontar esas obras que, por diversos factores (dificultad-incomodidad-peligrosidad u otros), se complican y a veces se tornan casi irrealizables. En ellas, la mística ha sido y seguirá siendo esencial para vencer los obstáculos, porque, su influjo en el grupo facilita la ejecución.  Por eso, para asegurar los resultados, conviene mantener ese sentimiento de apego y disposición por el trabajo, vivificar esa tradición. 

Pero, ¿dónde está la mística, es del individuo ó del grupo, se nace con ella o se aprende? Una vía para dar la respuesta es utilizando lo actuado cómo motivo, porque, al recordar esos hechos aleccionadores y  percibir en cada uno de ellos los efectos de la mística, se reitera la existencia de ese sentir a nivel Institucional. Esperando lograrlo, recurriremos a los textos-testimonios y anécdotas de entonces donde se puede entrever lo ocurrido porque en ellos se resalta el buen proceder de los líderes pioneros, quienes, cómo gestores y coadyuvadores de la idea, además de sembrar la semilla, quisieron asegurar su germinación y desarrollo. Para ello, con diligencia ejemplarizante, transmitieron  su certeza e inspiración a los nuevos integrantes y estos, trabajando con el mismo apasionamiento, le dieron continuidad y continuidad y…, así, como un hábito, se perpetuó. Por eso, ahí, donde tuvo su arraigo la mística es donde podemos encontrar el cómo, en algo totalmente nuevo, brotó, se adaptó, se incrementó y perduró.

Al respecto, por sentirse en ella la esencia de esa conducta inicial, se transcribe, del testimonio del Ing. Carlos Luis Corrales Villalobos[1] sobre lo actuado en el ICE, su concepto de quien lideró el grupo pionero y una anécdota complementaria:



Jorge Manuel Dengo era ante todo un maestro y sus conceptos filosóficos sobre educación tenían una gran visión de largo plazo.

Él concibió el ICE como una estructura educativa para un gran cambio, el que se produjo.

No estaba tratando de hacer una institución productora de energía, estaba tratando de crear un gran cambio cultural en el país y lo logró.

Él sabía del gran impacto cultural del ICE y nos convenció de que no había cambio si esto no se producía primero en cada uno de nosotros, cada empleado del ICE debería ser desarrollado al máximo de sus potencialidades personales, iniciativa, habilidades, inteligencia, autoestima. Consecuentemente, el ICE debería convertirse en una escuela siempre abierta, siempre dinámica, siempre progresista.

Si esto no se lograba, el Instituto Costarricense de Electricidad no podría cumplir su misión funcional y cultural. Todo hombre que llegue al ICE, cuando salga, debe ser un hombre diferente, un hombre desarrollado, con un alto nivel de confianza en sí mismo.

Bajo estos conceptos, fueron reeducados  miles de hombres que se han esparcido por todo el país, produciendo pequeños y grandes cambios culturales. Muchos de ellos inclusive, reclamaron el derecho de hacerlo. 

Hay en el Instituto Costarricense de Electricidad una estructura física que llena de orgullo a muchos costarricenses, pero debajo de eso, hay una infraestructura cultural que pocos conocen.

Ing. Carlos Luis Corrales Villalobos


-Don Carlos, como jefe del P. H. Río Macho, a mediados de 1961 autorizó un curso de dibujo para mecánicos y como requisito de ingreso estableció tener “Estudios Primarios”. Esa lógica condición le generó uno de esos reclamos mencionados y, para ilustrar el tema, lo cuenta:

Una noche al salir del comedor rumbo a la oficina, me seguía un guanacasteco alto, quién, con intención de hablarme se acercaba y al no atreverse se devolvía, para ayudarlo le pregunté, ¿quiere hablar conmigo?, ¿de qué? y seguí caminando hacia la oficina, entramos y nos sentamos. Él me dijo: - Usted me ha producido el mayor daño en mi vida, ¿por qué?, -porque  no me ha permitido entrar al curso de dibujo para mecánicos. ¿Cómo?    -Usted puso como condición que tuviera el 6° grado concluido y yo no he asistido nunca a la escuela. ¿Sabe escribir?, -no; ¿sabe leer?, -tampoco, ¿sabe sumar, restar, multiplicar?  -Don Carlos, yo no sé nada, pero usted no tiene derecho de negarme la oportunidad de formación. ¿Qué vamos hacer? –Yo me comprometo a hacer en 3 meses, toda la escuela primaria en lectura, escritura y números.

Por su empeño y mientras afloraba el resultado de su ofrecimiento, le autorice entrar como oyente, Poco a poco, acorde a su aprendizaje, en todos los rincones del proyecto, en las láminas de acero, escrito con tiza de herrero apareció: Mamá me ama, mamá amasa la masa, con una letra de principiante, pero con unos trazos muy finos y elegantes. 2+3=5,  2x3=6,  5x10=50, por todo lado…

Con su capacidad y el esfuerzo realizado, aunque no le alcanzó para lograr su diploma de 6° grado, sí cumplió con el objetivo del curso, leer planos, y, con el tiempo, se convirtió en un poco humilde  montador de compuertas, un especialista.


Este claro mensaje de don Carlos, además de reseñar el ICE proyectado por el mando superior, señala las directrices utilizadas para, fomentando el máximo desarrollo de cada funcionario, hacerlo realidad. Indudablemente, ese ambiente motivador, fue el inspirador de esa reacción de cariño y dedicación, de esa mística, de ese darlo todo y un poco más por alcanzar la meta. En esa relación “directriz vs mística”, es donde debemos concentrar la atención, porque, al ser directamente proporcional, permite regular el ambiente para, cada uno disfrutando el diario hacer, haga posible el avance de todos como equipo hacia la meta.

La anécdota nos muestra un factor relevante para  lograr la operatividad de ese enlace (directriz vs mística), “aplicar las políticas”, debemos considerarlo, porque, cualquier determinación sin ejecución (Leyes, reglamentos, normas y otros), resulta inoperante. Don Carlos, como parte de ese grupo de líderes pioneros que también lo hicieron, identificado con la política dictada la puso en práctica (siempre mantuvo programas para el desarrollo de los trabajadores, a su tiempo contaremos anécdotas al respecto). Y, el reclamo, es un ejemplo fehaciente del interés de los trabajadores por aprovechar esos programas. En suma “Un líder identificado, al convertir las palabras en hechos, dota de logros al grupo y por ende a la empresa”.

Con lo poco andado, ya tenemos elementos para responder la interrogante “¿dónde está la mística, es del individuo ó del grupo, se nace con ella o se aprende?”. Sin embargo, por el mucho escribir, se nos acabó el espacio y, para no estrechar el análisis, lo dejaremos para la próxima, así, para enriquecerlo, quienes a bien lo tengan pueden enviar su respuesta.


Publicado en la revista SOMOS
Noviembre -diciembre, 2013.
GRUPO ICE. Año 4/N° 20.



[1] El Ing. Carlos Luis Corrales Villalobos, como estudiante integró el grupo del P.H. Carrillos (Planta de Heredia) e ingreso al ICE el 1° de enero de 1951 a -Líneas de Transmisión, -en P.H. La Garita  (Asistente de la Jefatura). -Jefe de P.H. Río Macho, P.H. Cachi y P.H. Tapantí. –Director y luego -Gerente del Área de Construcción hasta mediados de 1983, cuándo, cómo Gerente, pasó al SENARA y después al IMAS como Presidente Ejecutivo.

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