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jueves, 26 de abril de 2012

Beto continuación


“Lo bueno de esa etapa: Los primeros años de mi infancia fueron muy lindos, como fui el segundo los viví en un grupo familiar pequeño, en donde, por la poca diferencia entre edades, compartíamos como hermanos y, por la equilibrada relación gasto-ingreso de mis padres, vivíamos con relativa tranquilidad y en un ambiente apropiado, apto para un grato y saludable crecimiento. De ese corto pero agradable lapso, recuerdo:”

“- La casa: ubicada a 250 m. Sur del Cementerio sobre la Calle Ancha (lado derecho),  llenaba las necesidades de espacio y presentación; tenía un patio de regular tamaño, al fondo del cual, además de la letrina, rosando el lindero Sur, pasaba una acequia que, entre otros fines, recolectaba las aguas de escorrentía. Era propiedad de don Toño, un señor dedicado al alquiler de casas con sello personal, todas, además de cuidadas, estaban pintadas de plateado y azul”.  

“- La presencia: Era un factor relevante, mamá siempre se preocupo por andarnos bien limpiecitos. A mí, por ser menor, me vestían con  las ropas que dejaba de usar Manolo, lo cual, por la edad, para uno era totalmente irrelevante, sólo me daba cuenta cuando, por ser su prenda predilecta, Manolo llegaba a reclamarla  y cuando eso ocurría, mamá, con la autoridad suprema, daba las explicaciones del caso y asignada la prenda a mi favor, eso, ser dueño de otra prenda, resultaba motivador. La ropa por mí dejada, con seguridad la usaron los otros hermanos, pero, por seguirme una hermana, el lapso entre uso y re-uso se duplicó y, olvidadas las preferencias, no había nada que reclamar.

“- El sustento: Ellos, mamá y papá, dentro de sus posibilidades, siempre trataron de darnos lo mejor (…, frutas, verduras, leche,…) y, durante ese lapso lo lograron, todos crecimos gratamente saludables.  (La leche, por manipularse en forma no tan higiénica como ahora, se tenía que hervir. El lechero, en uno o dos caballos, la traía en unos tarros grandes y, anunciando su llegada con un fuerte y largo silbido, iba de casa en casa entregándola y, usando una medida especial que andaba, pasaba la leche de los tarros al recipiente casero…. Imagínense,…).”

Un refrán alusivo al silbido mencionado: cuando una persona era muy alta o algún cuento se alargaba mucho o…..., no faltaba quién dijera: ‘Huy, es más largo que un silbido de lechero’.

“- Lo recreativo: era un factor muy importante y se puede dividir en dos: 1) Los juegos entre hermanos o en grupo con niños y niñas del vecindario, se aprendía a compartir. Y 2) Los paseos en grupo familiar, fortalecedores de la convivencia.

 “1) Los juegos: Por lo general eran en grupo (niños y niñas del vecindario); recuerdo que eran muchos juegos, entre ellos podría citar: Quedó, escondido, trencito, bola, tieso, casita, pulpería,…, (imitar la actividad de la casa, pulpería y otras),… En su mayoría eran juegos que, además de distracción servían para ejercitarse porque, en algunos, pasaba uno todo el rato corriendo.

Los juguetes, para entonces utilizados, eran muy artesanales y eso era lo que el niño nos traía, el caballo (cabeza de cuero y cuerpo de palo), el carro de madera (a veces confeccionado por el papá), la muñeca (celuloide o trapo), el juego de casita (set de utensilios imitando los caseros…).   Posiblemente por no conocer otros, los disfrutábamos y, cada Navidad, esperábamos al niño con alegría”.






“2) Los paseos: Por lo general, los domingos salíamos todos  a dar un paseo por la ciudad o algún lugar cercano y una vez al año, a Puntarenas a visitar los familiares por parte de mamá”. 

“2.1 -Unas veces íbamos al Parque Central, rodeado de árboles de  mango, con una fuente en el centro y, al lado Oeste, un hermoso quiosco donde, los domingos por la mañana, la Banda Municipal tocaba el ‘Recreo’. Llegaba mucha gente y, en grupos de conocidos, la chiquillería, incluyéndonos, se ponía a  jugar en las calles internas, era muy lindo”.

“2.2 -Otras veces, para variar, dábamos la vuelta completa por la calle ancha, para entonces el perímetro urbano, que lucía  muy diferente a la de hoy. Gran parte de ella estaba cubierta de zacate y rodeada de cafetales con hermosos árboles, era un ambiente en donde se respiraba tranquilidad. En el resto, donde ya la ciudad comenzaba a salirse de su perímetro, se localizaban algunas construcciones importantes, la mayoría aún en servicio  y, en los alrededores de ellas, se estaban formando pequeños barrios, por ejemplo: La Iglesia de la Agonía, el Estadio, el Hospital San Rafael con el Parque Palmares al frente, la Escuela República de Guatemala, el Cementerio General y el parque al frente, el Rastro o Matadero Municipal (hoy la Comandancia), y en el Sur, por donde hoy sale la Radial que conecta con el Aeropuerto y la Autopista, exactamente donde está la Estación de Servicio Shell, estaba la casa de Don Gordiano Corrales y, al frente de ella, había un enorme higuerón con todas sus ramas cubiertas de guarias, en la época de floración era un espectáculo, ahí se entretenía la gente admirando su belleza. Gracias al gran respeto a lo ajeno que existía, lo disfrutamos  por muchos años”.

“2.3 -También, ocasionalmente el paseo era fuera de la ciudad, por ejemplo cuando íbamos a visitar unos primos en la Guácima, para llegar había que caminar casi dos horas y, como tenían una finca grande, con caballos, ganado,…, se pasaba un día de campo muy bonito, luego por la tarde, caminar otra vez, casi dos horas, para regresar a la casa. Así, de vez en cuando y por lo general a pie, hacíamos ese tipo de paseo para visitar parientes o conocidos y nos gustaba mucho”.

“2,4 -El paseo predilecto: La familia de  mamá vivía en Puntarenas y por lo menos una vez al año los visitábamos; íbamos en tren y, aunque habían ventas de comida a lo largo del trayecto, posiblemente por economizar, mamá preparaba comida para llevar (tortillas, frijoles molidos, huevo duro o en torta, salchichón,…, y fresco), con eso, durante las casi tres horas del viaje, la pasábamos muy bien, disfrutando el paisaje y comiendo… En el puerto, la abuela, las tías y los tíos cuando estaban, nos chineaban y se preocupaban por complacernos. Era muy agradable”.

Comentario: Puntarenas era una ciudad bonita y con una playa atractiva, relativamente cercana a la meseta central y, sobre todo, con la comodidad del ferrocarril (se podía ir y regresar el mismo día). Lo anterior Vs la escasa infraestructura vial de la época para viajar por el país, la convirtió en la más visitada de la época, los fines de semana se llenaba, en ese tiempo  la llamaban ‘La playa de los ticos’…”.

“- Lo formativo; también era de gran importancia para ellos y, por su poca preparación, nos transmitían todos sus buenos hábitos que, por tradición oral, aprendieron y practicaron. Aquí también debemos resaltar dos aspectos: 1) –La comunicación de sus costumbres utilizando la tradición y el buen ejemplo. Y 2) –Los métodos correctivos que, por tradición, utilizaban. ”

“1) – La comunicación de sus costumbres; a su manera y sin desperdiciar oportunidad, por el método de la inculcación, nos fueron induciendo hacia los buenos hábitos o sea, sin mencionarlos,  nos enseñaron los ‘VALORES’. Con frases alusivas, tradición oral, repetidas cuantas veces se diera la oportunidad, nos formaron y gracias a ello, logré ser lo que soy.

En el transcurso de las vivencias, cuando se presente la oportunidad, utilizaremos esas frases, ahora, como ejemplo, les daré unas dos: ‘Cada uno es libre de hacer lo que quiera, siempre y cuando no afecte a otros’, se las enseñaron y nos las enseñaron para hacernos ver que, siempre, aunque sean nuestros derechos, debemos respetar a los demás... La frase más parecida a ella, que he visto, es la de Lacordaire: ‘La libertad es el derecho a hacer lo que no perjudique a los demás’. Otra frase de ellos: ‘Tirar basura al suelo es ensuciar la ciudad’ y, como para entonces, la ciudad se mantenía muy limpia, cualquier basura la cargaba uno hasta encontrar un basurero, enseñanza que aún practico. La frase más parecida que he oído, es un Proverbio ruso que reza ‘Si cada uno barriera delante de su puerta, ¡que limpia estaría la ciudad!’.”

Comentario: “Lástima que esos buenos hábitos, muchos los han olvidado o nunca los aprendieron…, porque, sin respetar nada ni a nadie, han hecho lo que les da la gana y, tirando sus desechos, a las ciudades-ríos y mares…  en basureros los convirtieron. Que pena con nuestros descendientes. ”

“2) –Los métodos correctivos, por tradición utilizados, eran muy drásticos y, sin duda, la mayoría dejaban secuelas. No debemos culpar a los padres, ellos lo hacían de buena fe, pero sí a esas costumbres que los inducía a corregir ‘tundeando‘.

Cuando nos reuníamos las niñas y niños del vecindario para hacer niñerías y sencilla e inocentemente jugar imitando lo aprendido (casita, pulpería, doctor,…). Los vigilantes padres, al observar con mente adulta,  a veces mal interpretaban nuestras actuaciones y, sin razón alguna, llegaban y nos tundeaban o sea, nos daban un mensaje confuso. 

La actuación inocente de un niño Vs la interpretación maliciosa de un adulto.

Era un método tajante,  faltaba comprensión y diálogo. Sin duda, aconsejar es lo mejor.  Para ilustrar lo afirmado, dos casos de los muchos que, por no entender, siempre recuerdo con recelo”.

“--Una vez, Jugando de casita con el grupo, mi hermana era la chiquita y yo el doctor. En el transcurso del juego, ella se enfermó y me correspondió atenderla, por relacionar al doctor sólo con las inyecciones,  llegué directo a inyectarla e imitando lo visto, le levanté el vestido, le bajé un poquito el calzón y le puse la inyección en el glúteo. No había terminado mi actuación, cuando llegó mamá con la faja y, sin saber porque, recibimos una fuerte tunda, yo por hacerlo y ella por permitirlo. Mamá como  adulta vio algo que, como niños, nosotros no vimos y, con su método correctivo,  sólo generó confusión y una interrogante; ¿Será malo ser Doctor?

“—En otra ocasión, en uno de los juegos de correr, caí en la acequia que rosaba el lindero sur del patio, para mí era profunda (me cubrió totalmente) y no podía salir, me ayudó mi hermano Manolo jalándome del pelo y, apenas estuve a salvo, mamá me tomó de la mano y a fajazos me llevó hasta la casa, mi tía Gela (hermana de mamá), quien estaba de visita, salió en auxilio de su sobrino favorito y al preguntarle, ¿por qué le pegas?, ella respondió, para que se caliente y no se le hiele la sangre. Yo no entendí, pero, por la tunda recibida, ‘me traumé con el agua’. Medio aprendí a nadar para protegerme en una eventualidad, pero, la natación, nunca ha estado en mis planes”.

Comentario: “Así fueron los primeros años de mi infancia, pero, acontecimientos mundiales, nacionales  y familiares, fueron cambiando las condiciones y, para poder continuar, no quedo más remedio, fue necesario realizar cambios y… ”

Continuará.

martes, 17 de abril de 2012

Cambio de ángulo


Don Jorge al mencionar que, durante la revolución del 48, la construcción de la planta tuvo algunas interrupciones, incluyendo su arresto por haber caído en una trampa…. Acabó diciendo:

  ………” Terminemos hasta ahí con Heredia y luego entremos a hablar de la creación del ICE

Esta propuesta de Don Jorge, ‘… terminar con Heredia y…… hablar de la creación del ICE, está justa en el límite para el cambio de ángulo; porque, recuerden, el “Proceso de Electrificación” se suspendió al finalizar la Primera Época y su reinicio será justo con la creación del ICE. Por eso, siendo la “Guerra Civil del 48” el móvil del cambio o hecho histórico que delimitó dos épocas antagónicas, para completar sus precedentes antes de referirnos a sus consecuentes (ICE uno de ellos)  y así conservar el paralelismo de las narraciones, suspenderemos los testimonios de Don Jorge, ángulo superior, e iniciaremos las vivencias de “BETO”, el personaje que habíamos creado para hacer un recorrido por el ángulo inferior, dándole oportunidad de avanzar hasta ese límite, “Guerra Civil del 48”.



RECORDATORIO
Para no perdernos con el cambio, conviene recordar, someramente, lo antes visto al respecto: Cuando hablamos de “VIVENCIAS”, dejamos dos puntos claramente definidos.

1.     EL PLAN; con sus límites, sub-límites y etapas, valoración de etapas, uso de nombres hipocorísticos, “Beto” como personaje…

2.     EL ESCENARIO; para enmarcar el ejercicio en la realidad, lo establecimos reseñando lo vivido de esa Costa Rica de la primera mitad del Siglo XX. Resaltando su belleza natural e igualmente sus carencias.

También vimos que, para revivir lo actuado convincentemente, es necesario recorrer las dos rutas por donde se dio el avance: Por un lado, el “PROCESO DE ELECTRIFICACIÓN”, facilitador del desarrollo, y por el otro, “LOS ESFUERZOS Y LOGROS DE LA POBLACIÓN”, ahuyentadores de la pobreza de esa época. 

Para desarrollarlos, establecimos dos ángulos: El superior, donde se aportan ideas y se toman decisiones y su opuesto o inferior, donde la población se afecta o beneficia con los resultados.

El Proceso y el superior ya avanzaron hasta la Guerra Civil del 48, de ahí que, para mantenernos en paralelo, Beto, narrador del inferior, avanzará hasta ese límite.



“BETO”
GENERALIDADES

-Como habíamos dicho: Nació el 26 de abril de 1937, a las 5:30 a.m., en la ciudad de Alajuela. Era una Costa Rica muy diferente a la de hoy, naturalmente bella-limpia-segura-…, pero, por los hechos ocurridos desde el inicio del siglo XX hasta esa fecha, las condiciones económico-socio-culturales eran de subdesarrollo y pobreza. Entre otros: -La primera guerra mundial. -La depresión de los años treinta. -El modelo agroexportador en crisis (café y banano). -Aunado a los movimientos de cambio y reforma de los años cuarenta… y para remachar, apenas comenzando a vivir, vino la segunda guerra mundial (1939-1945) y luego la guerra civil del 48…

-Ante esas condiciones, subdesarrollo y pobreza, para acercar la narración a las penurias vividas en ese entonces, considerando sus ingresos, dividiremos el grupo social así:

      I.         Las familias con un ingreso mensual fijo,  producto de una actividad estable (Por su preparación y/o formación…, se dedicaban a su negocio, empresa, profesión, oficio, empleo,…,), el cual les permitía presupuestar sus gastos Vs ingreso y, cada uno a su  nivel, se programaba para cumplir. Algunos, por sus bajos salarios, vivían ajustados, pero, seguros de cumplir con lo básico.

    II.         Las familias sin un ingreso mensual fijo, producto de actividades inestables (Por poca o ninguna escolaridad, se dedicaban a la venta de servicios y/o artículos u otras actividades temporales,…), vivían en incertidumbre ‘gastos fijos Vs ingreso incierto’. A falta de un plan, iban a como dice el dicho: ‘Coyol quebrado, coyol comido’ y también, en las malas, había quienes aplicaban el otro dicho: ‘Como cuando hay y aguanto cuando no hay’. A este subgrupo pertenecían muchas familias, las cuales, por su ignoto futuro y  pocas oportunidades, caían en un estrato social bajo y conforme crecían en número (la mayoría eran muy numerosas), se les agravaba su situación. “Beto”, con sus vivencias, nos ampliará el tema.
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Dice “BETO”
“Esa costa Rica antes reseñada, con todos sus cambios hasta llegar a la de hoy, la he disfrutado a lo largo de mis casi 75 años de existencia y, narrándoles mis experiencias en cada una de las etapas del proceso de envejecimiento del cuerpo, testificaré su historia. En las buenas y en las malas, con el único fin de revivir la época, trataré de narrar lo ocurrido, de transmitir lo vivido sin vanaglorias ni lamentos. Si alguna de estas vivencias llegara a ser de utilidad, a por lo menos una o uno de mis sucesores, vale la pena el esfuerzo. A mis contemporáneos les pido, avalar y/o ampliar las vivencias”.




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Esta gráfica, con las etapas de la vida que mencionó “BETO”, les puede servir para ubicarse cuando narre sus experiencias.  

Imagen cortesía de click-costarica



LA NIÑEZ (Primera etapa, entre  0 y 7 años aprox.):

“- En la primera etapa de mi vida, no sabía nada de nada, actuaba de forma sencilla e inocente,… Y, al estar en formación todo era aprendizaje que, positiva o negativamente, se gravaba en lo profundo. Por eso, algunos mensajes confusos de esa época, creo que nos afectaron…. En mi caso tengo varios, conforme llegue el momento se los cuento”.  

“-Mis primeros recuerdos; esos que, por compartir el día a día con ellos, se convierten en nuestros primeros conocimientos, son los de la familia: mamá, papá, hermano, hermana,… Rememorando lo agradable y lo molesto de esos años de infancia, de mi familia y las vivencias con ellos compartidas, puedo contarles que”:

 “-Nací en el hogar formado por mis padres, Mado y Mina, y el primogénito de ambos, mi hermano Manolo;  correspondiéndome ser el segundo hijo de esa linda familia y, a la sazón, la atracción de todos. Pero, con las constantes visitas de la cigüeña, poco a poco fui perdiendo actualidad hasta llegar a ser uno más del montón, diez hermanos y cuatro hermanas. Al principio, mientras fuimos pocos, todo marchaba bien; pero, al crecer en número, lógicamente cambió: Mantiene ingreso y aumenta número, disminuye ración”.

-“La prole mencionada se fue integrando así: Manolo, ‘Beto’, Virgi, Chus, Nechón, Ceci, Nando, Ger, Carmela, Man, Lupe, Caliche, Mayito  y Chepe, más o menos cada 18 meses nos visitaba la cigüeña. Luego, por enfermedad o accidente,  emprendieron  el viaje: 
 (+) Chepe, Nechón, Mamá, Nando, Papá, Chus, Lupe, Ger, Man  y Manolo (+). Actualmente, sólo somos seis, “Beto”- Virgi – Ceci – Carmela -, Caliche y Mayito. De los cuales  soy el mayor y ahora, con la relación adulto-adulto, hermaneamos más”.

-“Mis padres; con conocimientos apenas para defenderse (tercer o cuarto grado máximo), dentro de su sencillez y escasez, lucharon por darnos, según su entender y/o tener, siempre lo mejor. Sus intenciones eran buenas y en alto porcentaje acertadas, pero, con todo respeto y sin ningún rencor debo manifestar que, aunque eran costumbres a este nivel utilizadas como ‘formadoras’, algunas de ellas por su rudeza, lejos de corregir, afectaban negativamente lo formativo. Gracias a Dios estas generalizadas costumbres ya no se aplican. 

Eran católicos muy creyentes y, por falta de otros conocimientos, se basaban en lo religioso para formarnos. Por eso, cuando en nuestros juegos o deberes, a criterio de ellos hacíamos algo malo, sin mediar explicación o consejo, nos lo hacían saber con una tunda, la justificación era ‘lo prefiero en pedazos en el cielo que entero en los infiernos’, sin duda, fanatismo religioso”.

“-Papá, era de baja estatura, muy casero y, de niño, lo recuerdo cariñoso, siempre, cuando por alguna razón tenía que salir, Manolo y yo lo acompañábamos y, si era entre tarde y noche, acostumbraba protegernos del frio cubriéndonos con la falda del saco, nunca se me olvida, uno a cada lado en piña de tres. En lo laboral,  un obrero que se dedicaba a dar mantenimiento a las casas (albañilería, carpintería,  pintura, tapiz,…), una actividad temporal y contractual (lo hacía por contrato) o sea, no tenía trabajo fijo. Por eso, cualquier bajonazo en la economía, lo afectaba, la gente corría el mantenimiento para después y, lógico, en casa se bajaban los ingresos. También tenía unas ‘marionetas’ y, buscando un ingreso extra para aliviar la carga, los sábados y domingos hacia presentaciones en diferentes partes del país. Siempre buscó el sustento  familiar”.

“-Mamá, era alta, muy activa y estricta, su ocupación ama de casa. Pero, buscando el cinco como ella decía, con doble función, además de los quehaceres del hogar, horneaba diferentes panes para vender y otras actividades generadoras de ingresos extra para contribuir con los gastos que, con cada visita de la cigüeña, se incrementaban. Cantaba muy bonito, a las vecinas les gustaba que lavara, porque, cuando lavaba pasaba cantando y alegraba el vecindario. Era muy solidaria, aunque la carga de la casa cada día era mayor, ella siempre tenía para dar, de ahí que, todos los personillas de la ciudad (Lolito, Jorgito, Moncha, Nachito,…), siempre pasaban y le gritaban ‘Mina café’ y ella, que les tenía un jarro a cada uno, les daba el cafecito con pan y, ellos, contentos,…  También era sobadora,  cuando alguien llegaba con ‘pega’ (trastorno digestivo)- golpe o torcedura, ella lo masajeaba y salía bien. En resumen, tenía poca preparación pero muchas cualidades y sobre todo, alto espíritu de servicio”. 

COMENTARIO: “Ahora, por lo vivido, con toda propiedad puedo decir que, esos familiones de antes, no son recomendables. En una familia como la nuestra, con catorce hijos y  una diferencia de edad entre el mayor y el menor de poco más devveinte años, legalmente somos hermanos por tener los mismos padres, pero nunca por haber disfrutado como tales.. Por eso, considerando la relación niño-niño, en nuestra familia hubo como tres grupos de hermanos, los mayores-los intermedios y los menores, luego les narro los pro y los contra de eso.” (Continuará)
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